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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Una campaña pide colaboración para detectar las tácticas sucias de los partidos en redes para las elecciones europeas

Varias personas miran sus teléfonos

Carlos del Castillo

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La microsegmentación política está prohibida en la UE. Esta práctica consiste en impactar con anuncios políticos a segmentos muy específicos de la población en función de su perfil, incluyendo intereses, historial de navegación o consumo. Pese a este veto, en los últimos años se han destapado casos de partidos europeos que todavía la utilizan. Una campaña lanzada por varias organizaciones hacktivistas del continente pide la colaboración de los usuarios para vigilar las redes en las próximas elecciones europeas y detectar a aquellos que lo hagan.

La iniciativa se denomina “Who targets me”? (“¿De quién soy blanco?”) y pivota sobre una herramienta especialmente diseñada para detectar este tipo de anuncios personalizados lanzados a través de Facebook e Instagram. Se trata de una extensión del navegador que “captura” la propaganda que se le muestra al usuario y la compara con las listas oficiales de anunciantes políticos que las grandes redes sociales están obligadas a hacer públicos.

La prohibición de la microsegmentación en la UE fue una consecuencia del escándalo de Cambridge Analytica que rodeó la victoria electoral de Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca de 2016. El uso de estas estrategias puede llevar a que los votantes solo reciban anuncios que coincidan con sus propias creencias o sesgos, sin que lleguen siquiera a conocer lo que ese mismo candidato está diciendo a otros segmentos de población. Esto a su vez fomenta la desinformación, ya que hace imposible fiscalizar qué dice cada político a cada usuario, posibilitando la discriminación por sexo, raza u orientación sexual.

En 2021 la ONG proprivacidad Noyb, presidida por el abogado Max Schrems —cuyas denuncias han tumbado los dos acuerdos para la transferencia de datos personales a gran escala entre la UE y EEUU por violar los derechos de los europeos— llevó a cabo un análisis con la extensión Who targets me en las elecciones alemanas. El resultado fue que todos los partidos que entraron al Bundestag recurrieron a la microsegmentación, lo que terminó en una cascada de denuncias.

Gracias a la microsegmentación “los partidos políticos pueden hacer innumerables promesas a grupos específicos de votantes y pueden ocultar esas posturas personalizadas al público en general”, denunció entonces Noyb. “Esto puede generar expectativas muy diferentes en los votantes, que la política nunca podrá cumplir. El resultado es una sociedad polarizada”, añadía.

Ahora una coalición de organizaciones de Francia, Hungría, Bulgaria, Polonia, Austria, Alemania y España piden a los usuarios hacer la misma investigación de cara a las europeas que se celebrarán el 9 de junio. “Cuantos más participantes haya, de más datos dispondremos para comprobar si aquí también existe perfilado masivo según razones políticas”, expresa Xnet, el colectivo que coordina la campaña en España.

La iniciativa ya está recogiendo datos de prácticamente todos los países europeos a partir de los voluntarios que instalaron la extensión Who targets me con anterioridad. En la información disponible para España ya puede visualizarse la inversión de cara a las elecciones en el País Vasco, con el PNV gastando la segunda mayor suma en publicidad en Facebook e Instagram de todos los partidos a nivel estatal.

Consecuencias

“El proyecto culmina con la elaboración de un informe que será publicado tras las elecciones”, anticipa Xnet. De detectarse que los partidos políticos españoles recurren a la microsegmentación “cualquier persona u organización podrá emprender acciones legales, y seguir luchando a favor de la rendición de cuentas democrática de partidos e instituciones y en contra del uso opaco e ilegal de nuestros datos y de la vigilancia masiva”, explica el grupo hacktivista.

Además de la prohibición del microsegmentación política en la UE, el escándalo de Cambridge Analytica llevó a la imposición de varias medidas de transparencia sobre la propaganda electoral en redes sociales. Una de ellas fue la biblioteca de anuncios de Meta (propietaria de Facebook e Instagram) que recoge cada uno de los anuncios, así como información sobre el público al que iba dirigido y quién lo ha pagado. La herramienta permitió a elDiario.es destapar una campaña sucia del PP en la que se hizo pasar por militantes de otros partidos para intentar convencerles de que no fueran a votar.

Sin embargo, de cara a las elecciones de 2024 un nuevo peligro aparece en el horizonte. La desinformación potenciada con inteligencia artificial, con contenidos falsos tanto en formato de texto como en imágenes o vídeos, amenaza con impactar de lleno los próximos comicios. A finales de marzo, la Comisión Europea publicó una serie de recomendaciones para las grandes plataformas para impedir la difusión de este tipo de contenidos artificiales.

Entre las directrices, Bruselas pide a las plataformas que tengan presentes los riesgos locales de cada país de la UE y tengan el personal necesario para hacerles frente. También recuerda la necesidad de que todo contenido generado con IA y toda propaganda política se etiquete adecuadamente para que no lleve a engaño a los usuarios.

La Comisión planea también realizar a finales de este mes un “test de estrés” para poner a prueba estas directrices y el modo en que las redes las han implantado antes de que comience la campaña electoral. El Ejecutivo comunitario publicará los resultados de este examen pero también ha pedido a las plataformas que publiquen una versión no confidencial de dichos análisis para que se sometan al comentario de la opinión pública.

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