Sida: la inversión merece la pena

Hace diez años, los programas sanitarios contra el VIH en todo el mundo contaban con 1.000 millones de dólares de presupuesto. Esa inversión se ha traducido en cuatro millones de vidas salvadas: personas que no habrían superado la enfermedad y que actualmente están en tratamiento, según datos presentados en el congreso anual de la Sociedad Internacional de Sida (IAS, por sus siglas en inglés).

El análisis sugiere que el número de nuevas infecciones ha caído, en parte por el éxito de las medidas preventivas. Además, nuevas investigaciones presentadas en la conferencia indican que el tratamiento a gran escala no sólo logra salvar la vida a las personas en terapia, sino que puede tener un efecto sobre la epidemia en general, ya que reduce los contagios.

Un trabajo llevado a cabo con el apoyo de la Fundación Rockefeller y el Banco Mundial, junto con la propia IAS, también presenta evidencias de que la implantación de programas específicos contra el VIH mejora los resultados de otras condiciones sanitarias que tienen que ver con la capacidad general de los sistemas de salud.

Por efecto de las inversiones en materia de VIH, se renuevan y amplían clínicas y hospitales, que ven acrecentada la capacidad de sus laboratorios para el diagnóstico -no sólo del sida-; se refuerza la formación del personal sanitario y se crea un clima de optimismo entre los trabajadores que empiezan a ver los resultados.

También la lucha contra el sida contribuye a descongestionar sistemas sanitarios que estaban prácticamente colapsados por la afluencia de pacientes portadores del virus.

Wafaa El-Sadr, de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), destacaba en el encuentro la compleja naturaleza del sida en cuanto a formas de contagio, y manifestaba la necesidad de crear una infraestructura apropiada para hacer frente a otras enfermedades y condiciones relacionadas con la infección. “El sida afecta a las familias, no sólo a las personas -advertía- requiere controles de laboratorio, un proveedor seguro de los fármacos y un grado alto de seguimiento y cumplimiento de las terapias. También se asocia con marginación”.