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El abuelo acusado de abusar de su nieto atribuye a “una fábula infantil” su imputación

Agencias

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El abuelo materno y a otros dos familiares, un tío y un primo segundo, de un menor acusados de agredirle sexualmente atribuyeron hoy a “una fábula infantil” su imputación en la causa, cuyo juicio comenzó esta mañana a celebrarse a puerta cerrada con el fin de preservar la intimidad de la víctima.

En el banquillo de los acusados se sientan José Antonio R.G., José Antonio G.O. y José Antonio G.G. por tres delitos continuados de agresión sexual que habrían cometido entre 2001 y 2002 durante la época estival, periodo que aprovechaban de manera individual para someter al niño a escabrosas vejaciones, que incluían violaciones.

Los acusados se enfrentan a una petición de 10 años de prisión cada uno por un delito continuado de agresión sexual, así como al pago de una indemnización de 60.000 euros. También se pide que se les prohíba comunicarse y aproximarse a la víctima en una distancia inferior a 500 metros durante cinco años. El juicio continuará mañana.

Antes del inicio de la vista oral, el abogado de los procesados aseguró a Europa Press que sus clientes niegan los delitos que se les imputan, atribuyendo a “una fábula infantil” los hechos que sustentan su imputación. Los procesados se negaron a contestar las preguntas lanzadas por los periodistas. “Bastante desagradable es el asunto como para hacer declaraciones”, manifestó a Europa Press la esposa de uno de los encausados.

Según el fiscal, el menor comenzó con seis años a ser objeto de tocamientos a manos de su abuelo materno, quien le vejó hasta en quince ocasiones. Los abusos pasaron a ser agresiones sexuales, cuando éste comenzó a violarle. Estos hechos se producían cuando el niño dormía con su abuelo en los periodos vacacionales en la casa en la que éste vivía en la localidad riojana de Ezcaray. El procesado le advirtió que si contaba “el secreto” iba a parecer “un cerdo”, según el fiscal.

Pocos meses después, el primo de la madre de la víctima, de 22 años, comenzó a mantener contactos con el menor, cuando éste acudía a su casa de Madrid en las vacaciones. A tal conducta abusiva se sumó el padre del anterior procesado, quien en cinco ocasiones sometió al pequeño a aberrantes vejaciones.

En el escrito de acusación, la Fiscalía de Madrid recalca que esta truculenta situación llevó al menor a 'una gran afectación emocional', precisando desde noviembre de 2002 hasta finales de 2004 de tratamiento psicológico a fin de paliar sus sentimientos de 'culpa, vergüenza, miedo y rabia'. Durante ese plazo, asistió a terapia por 'su situación anímica, su baja autoestima y para aumentar su capacidad de autoprotección'.

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