Betancourt habla con el Papa

La ex candidata presidencial colombiana no descarta la posibilidad de volver a entrar en política en el futuro, pero ahora, su objetivo inmediato es “hablar por aquellos que no tienen voz” ya que “el dolor humano no puede quedar escondido detrás de las fronteras”.

En cuanto al Papa, lo ha definido como “un ser de luz”, en quien ella encontró un punto de apoyo para seguir adelante cuando se hallaba prisionera.

La ex rehén ha relatado cómo un día, después de haber estado caminando durante horas y sin saber dónde la conducían, sintió una “inmensa angustia y desesperanza porque no veía el final del Calvario”.

Entonces, encendió la radio y escuchó la voz del Papa que precisamente estaba pronunciando su nombre y pedía su liberación. “Es difícil dimensionar el efecto psicológico” que puede tener una cosa así, afirmó. “Para mí fue como una luz y por eso, desde que volví a la libertad, quería venir a verlo y abrazarlo”.

Preguntada sobre cómo ha encontrado el mundo tras su liberación, Betancourt asegura que ha visto que la gente tiene miedo de “perder lo que tiene” y que le ha “llamado mucho la atención” el rechazo por parte de los países ricos hacia las personas que, desesperadas, llegan de los países menos desarrollados en busca de un futuro mejor.

La conferencia de prensa ha tenido lugar en la sede de la Provincia de Roma, donde la ex rehén se ha entrevistado con el presidente de la provincia, Nicola Zingaretti, quien a su vez le ha entregado un premio y se ha mostrado partidario de que sea elegida premio Nóbel de la Paz.