¿Jugamos sólo 60 minutos?

Minuto 60: El banquillo del Logroñés CF empieza a temblar. ¿Por qué? La respuesta se extrae de las estadísticas del cub rojbilanco que sentencian que 18 puntos han volado en la recta final de los partidos. El último contratiempo fue el sufrido este domingo en Huesca ante uno de los bloques más sólidos del grupo (y de la categoría). En El Alcoraz el golpe llegó desde el punto de penalti y a los 77 minutos. La historia volvía a despedirse.

Y es que las rectas finales han jugado malas pasadas al equipo que ahora dirige Rafa Sáez desde la cuarta jornada de la competición. Entonces fue el Guijuelo el que abrió una herida que sigue supurando y necesita, con urgencia, cicatrizar. Fue en Las Gaunas cuando a los 78 minutos Ibai Borda amargaba el 'chupinazo' de San Mateo a los seguidores rojiblancos. Tres puntos menos que también en la jornada 13 volaron en loa recta final. Fue, además, de una manera más dramática. El Logroñés CF afrontó la recta final del partido ante el Barakaldo con ventaja en el marcador (0-1) gracias al gol de Salcedo al cuarto de hora. Y cuando el primer triunfo rojiblanco del curso amenazaba con llegar, en el camino de Balta se cruzó Germán para empatar en el 77 y dar la vuelta al marcador en el 78 desde el punto de penalti.

Tres semanas después el Conquense emuló al Barakaldo y con dos goles, el primero de Cristian a los 64 minutos y el segundo de José Carlos a los 73, el CF regresaba a Logroño habiendo regalado los tres puntos en los últimos 26 minutos. José Iglesias, del Lemona hizo lo propio en la jornada 22 y a los 86 minutos para asegurar el triunfo cementero en Las Gaunas. Siete días después Ibai Borda, como en la primera vuelta, hizo el 1-0 para el Guijuelo a los 69 minutos en tierras salmantinas.

Demasiadas concesiones en la recta final de los partidos que condenan al Logroñés CF a una convivencia demasiado larga con los puestos de descenso. Saber vivir en esa zona y sin quedar descolgado es todo un arte que, en la recta final de la liga se puede convertir en el trampolín para lograr la salvación. Eso sí, hay que estar atentos.