ETA vuelve a matar

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ETA ha vuelto a matar. Esta vez en la localidad francesa de Capbreton, cerca de Bayona, donde dos miembros de la banda terrorista acribillaron a quemarropa a dos agentes de la Guardia Civil que participaban en un operativo de vigilancia de etarras en territorio francés junto a las Fuerzas de Seguridad galas. Raúl Centeno pallón, de 24 años de edad y natural de Madrid, falleció en el acto como consecuencia de los disparos que recibió en la cabeza, mientras que su compañero, Fernando Trapero Vázquez, de 23 años y también nacido en Madrid, tuvo que ser ingresado en estado crítico en el Hospital de San León de Bayona.

Un agente de la Guardia Civil ha sido el primer muerto que ETA ha puesto sobre la mesa tras la ruptura del alto el fuego en junio de este año. Los hechos tuvieron lugar a las 9.20 horas de la mañana, en el bulevard des Cigales, una de las principales arterias de la localidad de Capbreton, localidad del Sur de Francia situada a unos 30 kilómetros de Bayona y a casi 60 de las frontera española. Al parecer, los dos agentes, sus asesinos y una mujer intercambiaron unas palabras en el interior de la cafetería 'Les Ecureuilles' tras un encuentro “fortuito”, según informó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se desplazó junto a su homóloga gala Michelle Alliot Marie hasta el lugar de los hechos desde Berlín, donde participaba en una reunión del G-6.

En ese breve diálogo, los agentes y los etarras se reconocieron mutuamente, y, según aseguró el ministro, posteriormente discutieron al exterior de la cafetería, tras lo que se produjeron los disparos. El asesinato podría haber tenido lugar cerca del coche de los agentes, pues una conductora que pasó cerca del lugar de los hechos poco después indicó que el cuerpo de una de las víctimas estaba tumbado sobre el asiento del conductor y sus pies sobresalían del vehículo, que fue cubierto posteriormente con lonas por las Fuerzas de Seguridad francesas.

Los disparos, a quemarropa y dirigidos a la cabeza, causaron la muerte en el acto del agente Raúl Centeno y dejaron herido de gravedad a su compañero Fernando Trapero, que fue trasladado de urgencia al Hospital de San León de Bayona. Los testigos aseguraron también que la mujer esperaba a los dos miembros de ETA en un Volkswagen Golf de color gris, aunque poco después robaron a punta de pistola un segundo vehículo, un Peugeot 307. La propietaria, que viajaba junto a su hijo, fue liberada a unos kilómetros de allí, no muy lejos de Burdeos, después de presenciar cómo los etarras encendían la radio y consultaban un mapa.

HUÍDA HACIA BURDEOS Y ESPAÑA

Fuentes de la lucha antiterrorista informaron de que los dos hombres huyeron en el Peugeot 307 en dirección hacia el norte, mientras que la mujer del Volkswagen lo hizo en dirección contraria, hacia España. En la carretera francesa A-63, que va hacia Burdeos, se registró posteriormente un tiroteo, aunque no se pudo confirmar si fue consecuencia de los controles establecidos por las Fuerzas de Seguridad francesas, que activaron inmediatamente el 'Plan Gavilán' de búsqueda y captura de delincuentes huidos en un perímetro de varios kilómetros alrededor del lugar de los hechos, y si los etarras estuvieron implicados en el mismo.

El operativo desplegado por las Fuerzas de Seguridad francesas dio sus resultados horas más tarde, cuando se localizó el Volkswagen Golf en el que huyeron los etarras. El vehículo se halló en el término municipal de Haut-Mauco, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista, que revelaron que en el interior del coche se encontró material explosivo. Las mismas fuentes explicaron que la presencia de explosivos hace pensar que los etarras que abrieron fuego contra los agentes de la guardia civil podrían ser miembros de un comando terrorista en la zona.

Raúl Centeno, nacido en Madrid el 11 de junio de 1983, y Fernando Trapero, nacido el 19 de septiembre de 1984 en la capital, habían ingresado en la Guardia Civil en los años 2003 y 2004, respectivamente. Estaban destinados en la sede central de la Benemérita, en Madrid, donde se ubica la Unidad Central Especial (UCE-1) del Servicio de Información del Instituto Armado, encargada de la lucha contra ETA. Ambos participaban en un dispositivo de vigilancia a unos presuntos miembros de ETA en colaboración con las Fuerzas de Seguridad francesas.

ESTADO DE SALUD: EXTREMADAMENTE DELICADO

El alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, que casualmente se encontraba en Bayona viendo un partido de rugby, se trasladó inmediatamente al Hospital de San León para visitar al guardia civil herido de gravedad. A su salida del centro médico, en declaraciones a los periodistas apostados en la entrada, Elorza señaló que estuvo hablando con el médico de reanimación que atendió al agente y le confirmó que su estado de salud es “extremadamente delicado”. Horas más tarde, el director del Hospital, Angel Piquemalle, explicó que el agente ingresó con un “traumatismo craneocerebral” y “un coma desde el inicio”, con un edema cerebral creciente, y que su estado es de “coma cerebral”.

Las familias de los dos agentes, que se desplazaron hasta Francia en un avión 'Falcon' que el Gobierno puso a su disposición, recibieron las garantías del director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, de que no habrá descanso hasta que se detenga a los asesinos. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, también habló alrededor de las 10.45 horas con la madre del agente fallecido y con el padre del herido. Tanto Rubalcaba como Mesquida llegaron al Hospital pasadas las 17.30 horas, pocos minutos después de que llegaran al centro los familiares de Trapero.

Por otro lado, según fuentes de Interior, el cadáver de Centeno llegará a la base madrileña de Getafe mañana a las 9.30, donde será recibido por Rubalcaba y el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, a la espera de que en la noche de hoy se le practique la autopsia.

Raúl Centeno se ha convertido de esta forma en la primera víctima mortal de la banda terrorista desde la ruptura del alto el fuego el pasado 5 de junio -durante la tregua se produjeron dos víctimas en el atentado de la T-4 de Barajas- y en el primer guardia civil asesinado por ETA en Francia desde 1976. El 3 de abril de aquel año ETA secuestró en Hendaya a los inspectores de Policía José Luis Martínez y Jesús María González, que se encontraban en el Sur de Francia de vacaciones. Sus cuerpos aparecieron un año después en una playa cercana a Anglet, con señales de haber sido torturados y con sendos tiros en la nuca.

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