La Policía contradice la versión de la madre de Carolina

La Policía contradice la versión de la madre de Carolina

Rioja2

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Los policías nacionales que están compareciendo hoy en el juicio contra A.U., acusada de un delito de asesinato tras la muerte de su hija, han contradicho el relato de la acusada: abrió ella la puerta, les contó que había tomado ocho gotas de somnífero y se había hecho las heridas con una cuchilla. Ella, sin embargo, negó haberse hecho las heridas en su declaración.

Hoy se celebra la quinta jornada del juicio, por jurado popular, contra A.U., acusada de un delito de asesinato tras la muerte de su hija, la niña Carolina, de cinco años, en un hotel de Logroño el 26 de enero del 2020. Su letrada, y su familia, han acusado a la abuela de la niña, que apareció muerta días después en el río.

Han comparecido los policías nacionales que, ese día, acudieron tras recibir una llamada del hotel alertando de que una mujer (la acusada) estaba intentando tirarse por la ventana. Fue el aviso al que acudieron y con la intención de evitarlo.

Al llegar, y tras convencerle de que se metiera dentro de la habitación y les abriera la puerta se encontraron otra cosa: una niña pequeña muerta, y tapada con una sábana, que intentaron reanimar. Las contradicciones de la madre, además, les parecieron “indicios” de que algo había pasado.

Los policías, al llegar, se distribuyeron las funciones conforme se desarrollaba la escena. Lo primero era intentar acceder a la habitación, pero al no lograrlo, entraron en la habitación continua, que estaban limpiando. Desde allí se asomaron y vieron a la acusada en el alféizar con una pierna fuera.

Mientras un empleado del hotel se afanaba en intentar abrir la puerta sin lograrlo, los agentes de la habitación continua logran que se meta dentro de la habitación y, por fin, les abre la puerta.

Se centran en ella, dado que acudían a un intento de suicidio, y la alejan de la ventana. Es cuando se acercan a la misma para cerrarla cuando un agente ve unos zapatitos de niña. A la vez, la mujer dice: “mi hija se ha ido”.

El primer agente en comparecer hoy fue el encargado de llevarse a la acusada a la habitación continua para ver qué atención necesita. Tenía “heridas graves en las muñecas” con sangre seca.

“Nosotros le hacemos preguntas sobre su estado, y ella nos contesta y a la vez mantiene silencios”, ha relatado el agente, “le preguntamos si ha tomado algo y dice que ocho gotas de Noctamid, le pregunto si tiene más heridas y señala el cuello y las piernas”.

También cuenta que se las ha hecho ella con una cuchilla que lleva en el bolso (en su comparecencia ante el juzgado aseguró que notó como alguien se las hacía mientras dormía).

Los policías le hacen preguntas sobre “qué le ha pasado a la niña” para saber qué tienen que contar a los sanitarios cuando lleguen, de cara a la mejor actuación.

Entonces, la acusada cuenta que la niña, en sus cinco años de vida, lo ha pasado muy mal, porque tenía una enfermedad autoinmune y porque su padre le echaba la culpa de la enfermedad y la maltrataba.

El agente le pide una forma de localizar al padre y entonces ella, “después de haber dicho que la maltrataba”, ha recalcado el policía, dice que llevaba cinco años sin tener contacto con él.

La acusada sigue con las “contradicciones”, ha añadido el policía, dado que lo mismo dice que no tenía contacto con el padre como que la niña no quería estar con él.

“Lo principal que queríamos saber era si había sucedido hacía poco o mucho para decírselo a la ambulancia, entonces ella dijo que el domingo, a las nueve, le vio las manitas moradas y que le costaba respirar, le preguntamos por qué no había llamado a un médico y dijo que no le dio importancia porque pensó que tenía frío”, ha relatado el agente.

Ha añadido que, luego, contó que a las siete de la mañana notó que no respiraba. “Primero dice a las siete, luego que se había dado cuenta sobre las nueve, eran frases sueltas que no tenían hilo argumental”, ha dicho el agente.

Fueron las “contradicciones” las que hicieron ver al agente “indicios que apuntaban a que no era accidental”. “Decía una cosa y luego lo tapaba con otra”, ha indicado.

Así, el agente decide preguntarle si le ha hecho algo a la niña. Y la acusada guarda silencio y susurra (el agente cree que como hablando a la niña) “no te preocupes”. Después, se quedó callada.

El policía le pide el teléfono, con la intención de localizar con él al padre, y ella dice que se lo ha dejado en Haro (en su declaración defiende que la abuela de la niña le había dicho que lo tenía ella) porque estaba sin batería y no lo iba a usar.

Al policía no le cuadra porque lo normal es llevárselo con un cargador. Después, la acusada le dice que en el teléfono tenía videos de la niña Carolina despidiéndose.

Por último, la acusada les cuenta que habían llegado el sábado a la noche y que la abuela se había ido con una tía que vivía en Logroño. A preguntas de la defensa, el agente ha dicho que su discurso era “racional pero contradictorio” y, también, que “estaba en shock pero no perdida”.

Vídeo “de despedida” con la niña

La declaración de un investigador ha desvelado que la acusada grabó un vídeo “de despedida” con la niña en el que le pedía palabras para sus familiares.

En la quinta sesión del juicio, por jurado popular, contra A.U, han tomado relevancia las pesquisas de las investigaciones, una vez que el hermano de la acusada entregó las cartas “de despedida” que encontró en casa junto a los teléfonos móviles.

“El contenido de las cartas está muy claro, de despedida, hablan abiertamente de suicidio y queda claro que se van a llevar a la niña con ella”, ha explicado el investigador, en referencia tanto a la acusada como a la madre de ésta, y abuela de la niña.

Con las cartas en posesión de la policía, se detiene a A.U como “responsable” del asesinato y llama la atención de los agentes que, cuando le están leyendo sus derechos, ella dice: “No me sorprende”.

Otro hecho que ha destacado el agente es que el padre de la acusada relata cómo su mujer y su hija tenían “una relación muy estrecha, como si fuesen siamesas”. Sobre lo sucedido, le dice a la policía que cree que es “un plan” de ambas y que, “de ser así, su mujer, posteriormente, se habría tirado al Ebro”.

Esto hace a la policía buscar en el río y, efectivamente, encuentran el cuerpo sin vida de la abuela de Carolina. Además, en el visionado de las imágenes de un establecimiento se le ve tomar una consumición el domingo 26 a las seis y media de la tarde y, posteriormente, ir hacia el Ebro.

En los vídeos se le ve entrar a las tres en el hotel a las 8:15 de la mañana del domingo 26 (aunque habían reservado en el hotel también la noche anterior). La reserva se hizo con el móvil de la acusada.

A las cinco y cuarto de la tarde se ve a la abuela saliendo del hotel. La niña habría muerto entre la una y las siete de la tarde y, para los investigadores, esto “abre la posibilidad a que cualquiera de las dos podría haber cometido el asesinato”.

El lunes 27, a las siete y cuarto de la mañana, se le ve a la acusada salir del hotel para regresar una hora más tarde y, el seguimiento de las cámaras de los locales, permite concluir que cogió el coche y lo volvió a aparcar.

Por otro lado, el investigador ha contado cómo, cuando le cuentan a la acusada que han encontrado el cuerpo sin vida de su madre, estando ella ingresada en la Unidad de Psiquiatría del Hospital San Pedro, de forma “espontánea” y sin que se dijese que se le va a tomar declaración ni se le haga pregunta, se desató en un boca un relato de los hechos.

“Lo que nos dice es que lleva mucho tiempo pasándolo mal por la relación con su expareja; que con el régimen de custodia esa situación va a peor, desembocando en la idea de quitarse la vida, y que ese hecho viene de lejos, así, se lo comentó a su madre en 2019 pero había pasado el tiempo sin ir a más”, ha relatado el policía.

La acusada continúa su relato indicando que, en esa situación, es cuando a su madre le estafan y, al ver que no lo va a solucionar, toma, también, la decisión de quitarse la vida. Añade que a la niña “siempre pensó en llevarla con ella porque el futuro que le iba a dar su padre y la pareja no era bueno”.

De este modo, prosigue, ambas tomaron la decisión, que se concretó en el fin de semana del 25 y 26 de enero, y que decidieron que sería la abuela la que mataría a la niña, y que, posteriormente, le ayudaría a suicidarse a la acusada y luego se quitaría la vida.

A.U les cuenta que no quiso ver cómo acababan con la vida de la niña y se metió en el baño. Cuando salió, la niña no respiraba y su madre le ayudó a cortarse las venas. El policía ha aseverado: “No sabemos lo que pasó dentro de la habitación pero es evidente que podría haber sucedido como lo relató”.

En cuanto al tiempo que salió del hotel, el Policía ha dicho: “Yo creo que se despierta en la bañera y la intención es buscar a su madre”.

La acusada grabó, entre el 23 y el 25 de enero, 29 videos, pero la mayoría los borró. De los cinco que dejó, hay uno en el que aparece con la niña Carolina: “Este último es de despedida para sus familiares, le va preguntando a la niña que diga algo de ellos”, ha explicado el investigador.

Todo esto, junto al hecho de que, en el teléfono de ambas, hay búsquedas de venenos, matarratas, cortarse las venas y asfixia en niños mayores de un año (esta última del 23 de enero) “confirman” para los investigadores que “el plan era de ambas y ambas lo llevaron adelante conjuntamente”.

Algo, ha añadido el policía, que se hizo con “previsión” dedicándole “tiempo”. “Todo es un cúmulo de circunstancias”, ha entendido, que hacen pensar que la acusada “participa activamente en ello”.

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