Como exprimir Logroño en ocho paradas

Rioja2

0

Para recorrer y descubrir Logroño esta web recomienda, al menos, realizar estas ocho paradas. Y es que, para exprimir la capital riojana, todo aquel que se acerque hasta Logroño debe pasear por la calle Portales, cruzarse con algún peregrino que va rumbo a Santiago, disfrutar en sus calados y bodegas y, por supuesto, perderse por la calle Laurel.

Pero además, en este reportaje el Paseo del Espolón es otro imprescindible. Entre el casco antiguo y el moderno ensanche está la plaza más emblemática de la ciudad, que en realidad se llama Paseo de Príncipe de Vergara, pero que en Logroño todos conocen como el Espolón. Este céntrico y ajardinado espacio tiene como centro la estatua ecuestre del general Espartero, que vivió en la ciudad, y como seña de identidad, su auditorio con forma de concha.

Y, por supuesto, otro lugar de obligada visita es la calle Laurel. La Cava Baja, en Madrid; 31 de Agosto, en San Sebastián; la Navas, en Granada… y en Logroño, la calle Laurel. El epicentro del chiquiteo logroñés es esta calle del casco antiguo repleta de bares y tascas (callelaurel.org/bares), pero también la de San Juan, San Agustín, Albornoz y Capitán Gallarza, donde beber un chiquito de Rioja y degustar un pimiento relleno de bacalao, un pincho de embutidos o una tapa de caracoles, asegura el reportaje. Torres Gastrobar (San Juan, 31), El Rincón de Alberto (San Agustín, 3), Espacio Gastro 911 (hotelmarquesdevallejo.com), Donde Fede (Capitán Gallarza, 11), Bar Vento (11 de julio, 9) son algunas buenas referencias.

Logroño en el Caminos de Santiago

Y otro de los atractivos destacados es el hecho de que Logroño sea lugar de paso del Camino de Santiago. Así, recomienda seguir la huella de los peregrinos “es la mejor manera de palpar el pasado de la ciudad”. Desde el puente de Piedra, el itinerario atraviesa la rúa Vieja, la plaza de Santiago y la calle Barriocepo hasta salir por el Arco del Revellín, el único resto conservado de la muralla medieval que rodeaba la ciudad. El cubo del Revellín ha sido convertido en espacio museístico sobre el pasado de Logroño.

Y todo aquel que venga a Logroño no puede dejar de recorrer la calle Portales. Primero era la rúa de las Tiendas, luego se llamó de la Herventia, posteriormente fue de la Constitución, de la Paz, del Mercado y algún otro más hasta que la que es una de las principales calles del centro histórico pasó a ser Portales, por los soportales que ocupan gran parte de ella. Lugar de paseo habitual para los logroñeses, a ella asoman la concatedral, la Casa de los Chapiteles y el convento de la Mered, que acoge el Parlamento de La Rioja

Y, precisamente en la calle Portales se encuentra otra de las ocho paradas. La concatedral de La Redonda. En la plaza del Mercado se levanta la catedral de Santa María la Redonda, a la que asoma una enorme portada flanqueada por dos torres gemelas. Entre los numerosos tesoros del interior, las bóvedas estrelladas, el cuadro de la Crucifixión atribuido a Miguel Ángel o el altar mayor barroco.

Y para los amantes del vino, nada mejor que una excusión por los calados y bodegas. Para empaparse de la cultura del vino no hace falta salir de Logroño, aunque nadie luego se resiste, porque en el casco antiguo abundan los calados, lagares y vestigios de antiguas infraestructuras vitivinícolas.

Así, el reportaje recomienda el de San Gregorio, que va desde la calle Rúa Vieja hasta la de que le da nombre o Calado una antigua bodega del siglo XVI ubicada en el centro cuyos antiguos muros son patrimonio protegido. Otra idea es cruzar el Ebro por el Puente de Hierro para conocer la única bodega centenaria del casco histórico: Bodegas Franco-Españolas, donde, copa en mano, se puede ver cómo se producen los mejores vinos de la zona, disfrutar de una cata recomendada y entretenerse en su vinoteca.

Café centenario

Bodegas, calados y también cafeterías con encanto y más historia como es el Café Moderno. Lugar de tertulias, punto de encuentro para el vermú dominical, escenario de actuaciones musicales y teatrales, plató de películas… el café Moderno, en la plaza Martínez Zaporta, es historia viva de Logroño. Y sentarse en una de sus mesas de mármol, todo un clásico.

Y por último, la última recomendación para exprimir Logroño es descubrir los mejores lugares para pasear. Y es que según detalla este reportaje, en otro tiempo, los peregrinos que se dirigían a Santiago salvaban el río Ebro cruzando un fortificado puente románico de 12 arcadas. Con restos de este se levantó el puente de Piedra, que regala una de las más bellas panorámicas de la ciudad. Más antiguo aún, el puente de Hierro, otro de los cuatro que atraviesan el río a su paso por la capital riojana.

Etiquetas
stats