El Varea, obligado al camino más largo

Como sucediera la temporada pasada, el Varea, si quiere ascender, tendrá que esperar. Este domingo lo ha tenido cerca, ha estado durante 3 minutos, del 65' al 68', con plaza en Segunda B, pero Ginés, un peculiar delantero con coleta más estética que funcional, devolvió a la realidad a los hombres de Nacho Ruiz. De nada sirvió el esperanzador tanto de Javi Torres en la primera mitad ni la sensacional medio chilena de Chimbo que abría las puertas a los arlequinados a la división de bronce. Porque del 2-0 se pasó al 2-2, un resultado que daba igual después de que Ginés dejara casi resuelta la eliminatoria. Que Belanche hiciera el empate, en el minuto 87, fue cruel porque en la acción anterior el Varea pudo marcar, pero Loscos, atento, evitó la derrota.

Esos detalles, los que deciden, cayeron del lado zaragozano. Sin Rubén Pérez, lesionado, ni Raúl Torres, en la convocatoria pero para pocas batallas, Pinilla tenía que abandonar el choque a la hora de encuentro. Rocha pasaba a ejercer de central, mientras que De Val ocupaba el lateral zurdo. Un parche para el momento decisivo. Y aunque con esa nueva composición en defensa vino el 2-0, espectacular genialidad de Chimbo, también apareció el único error de los locales. Un balón peinado que pilló a los dos centrales en línea, sin tiempo para reaccionar, sin oportunidad para recuperar el sitio, para que Ginés, listo y jugando casi todo el choque al límite, cogiera la pelota, pusiera su cuerpo, se hiciera hueco y batiera a Raúl Heras. Un fallo, un gol, adiós al ascenso.

Sin embargo, el Varea no se vino abajo. Al contrario, continuó mirando de tú a tú a su oponente, como casi toda la contienda. Sin miedos, asumiendo el control, llevando la iniciativa, tratando de buscar las cosquillas a un Ebro que ahora era más cauto, el marcador mandaba. Chimbo, en el 71', al poco de encajar, gozó de una buena oportunidad, pero su remate de cabeza fue demasiado centrado a las manos de Loscos. Los locales achuchaban, pero les faltaba continuidad para generar más ocasiones que les hicieran creer en el éxito. La buscaron. Un par de faltas, algún que otro córner. Pero no acababa de llegar ese remate.

Del posible 3-1 se pasó al 2-2

Hasta que vino. Balón puesto, con sentido, desde la izquierda por Esaúl. Que si Javi Torres no llega, que si lo hace Chimbo, que si la pelota se queda suleta, que si no se acaba de rematar con todo... que el cuero le llega a las manos a Loscos. Y pensando todavía en cómo se pudo fallar, el Ebro monta la contra, Ginés atrae a casi todos los defensores, cede a Belanche, que pica ante la salida de Raúl Heras para explotar la alegría de los más de 200 aficionados del cuadro aragonés al hacer un 2-2 definitivo que frusta las ilusiones de los de la barriada logroñesa.

De poco sirvió, de nada, el buen hacer de los locales durante la primera mitad. El Varea quiso mandar, dominar, impedir que su rival estuviera cómodo, desgastarlo, jugar en campo ajeno, agobiar con faltas y córners. Pero si había que domar la pelota, también lo hacía: con criterio, en ocasiones hasta exponiendo demasiado desde atrás y con balones horizontales peligrosos, pero es algo que ha hecho todos estos meses -son movimientos mecanizados-. El Ebro quería presionar y cuando podía, obligaba a los anfitriones. Aunque sin ocasiones, el choque tenía mejor pinta para el Varea.

Javi Torres porfió por un balón, Camus despejo horrible al cuerpo del delantero y la pelota se le quedó al arlequinado para medirse a Loscos, al cual cruzó el balón con maestría para adelantar a los suyos. Mientras el Ebro trataba de explicarse el gol encajado, Esaúl servía un balón a Javi Torres que ganaba en velocidad a los centrales para volverse a presentar ante Loscos apenas unos segundos después. Pero esta vez, el ariete dudó, incluso de su posición legal o no, y quiso volver a cruzar pese a que Loscos había salido de aquella manera. Esta vez, el meta logró despejar con el pie. Pudo ser definitivo. O no, nunca se sabrá.

Pasada esa media hora, el Ebro se entonó y adelantó líenas par ganar algo más territorialmente, pero lo hizo demostrando lo justo en ataque. Tras el descanso, el duelo se trabó más. En el campo no pasaba nada, salvo un balón que despejó Pinilla tras una indecisión de Raúl Heras. Mucho centro del campo, tensión en cada lance y máxima concentración en las acciones de estrategia. Hasta que Chimbo se inventó un remate acrobático para abrir la caja de Pandora, para resquebrajar un duelo que no se tenía que haber roto, para condenar a un Varea a un camino arduo si quiere obtener el ascenso. Y encima lo hará renqueante, con mucho jugador tocado y sin Esaúl, expulsado en una tángana final que propició que el duelo acabara antes de lo previsto.

Varea: Raúl Heras; Adrián, Pardo, Pinilla (Borja, min. 61), Rocha; Pitu, Urko; Chimbo, Esaúl, De Val; y Javi Torres.

Ebro: Loscos; Gil, Pastor (Juanfran, min. 67), Camus, Rubén; Nacho, Pedro, Jimeno, Teo (Belanche, min. 57); Jameli y Ginés.

Goles: 1-0, min. 28: Javi Torres. 2-0, min. 65: Chimbo. 2-1, min. 68: Ginés. 2-1, min. 87: Belanche.

Árbitro: Arzamendi Argaya (comité Vasco). Expulsó al local Esaúl (min. 92) por roja directa y al visitante Ginés (min. 92) por doble amarilla. Amonestó a los locales Pardo, Pinilla, Pitu, Chimbo y Javi Torres; y a los visitantes Gil, Pastor, Camus, Belanche y Nacho.

Incidencias: Un millar de espectadores (200 aficionados del Ebro) en el Municipal en la vuelta de la eliminatoria de campeones para ascender a Segunda B. El Ebro logró el ascenso a la división de bronce.