“Somos un equipo joven, con hambre y mucha ilusión”

"Somos un equipo joven, con hambre y mucha ilusión"

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No lo dudó. Cogió una bandera de La Rioja y la utilizó como si de un capote se tratara. Ramalazo de torero. Era la manera de festejar con la afición la alegría que sentía el propio futbolista por haber logrado el primer objetivo marcado por la Unión Deportiva Logroñés, clasificarse para la fase de ascenso a Segunda. Así es Juan Carlos Menudo Domínguez. Un sevillano muy de Sevilla, “me tira mucho”, acostumbrado al calor, a estar al aire libre, que necesita temperatura para que sus biorritmos estén activados, muy de su gente, de estar rodeado de los que le necesitan -caso aparte es su hermana, su gran debilidad-. Por ahí se puede entender que después de 21 años en su tierra natal y tras un primer intento en Cartagena, la campaña pasada, por estar alejado del cordón umbilical de los suyos, le costara adaptarse a Logroño, a otras costumbres, a otra forma de entender la vida, ni mejor ni peor, diferente.

Pero aquello ya fue historia, “lo he pasado realmente mal”, ahora “lo llevo”, lo cual no es poco. Quizá ver como tu equipo se mete entre los cuatro mejores del grupo I de Segunda B ayuda. Quizá el convertirse en el máximo goleador del cuadro riojano con 11 tantos, facilita, aunque reconoce que “perferiría tener algún gol menos y que el equipo hubiera acabado líder”. Quizá sentirse arropado -entre otros- por su compañero, vecino y confidente Moisés García, con el que coincidió en el Sevilla Atlético, le haya dado fuerzas para no bajar los brazos. Quizá el ganarse en el terreno de juego la confianza del entrenador anima a continuar trabajando por lograr lo mejor para él y para el equipo. Quizá el apoyo recibido por el aficionado en la capital riojana ha servido de estímulo para hacer lo más le gusta, disfrutar del fútbol, regatear, tirar, celebrar goles... sentirse pleno en el ámbito laboral y personal. En ello insiste día a día.

Parecía complicado cuando se le 'colocó' en la lista de futbolistas que iban a abandonar el club en el mercado de invierno: “Jamás he dicho que me quisiera ir, otra cosa es que alguien lo hubiera dicho por algún tipo de interés”, afirma. “Yo -continúa- seguí a lo mío, convencido de mis dos años de contrato. Que alguien quería que me fuera, cuestión de hablar, pero, insisito, nunca he dicho a nadie que me quisiera marchar”. Su rendimiento en la segunda vuelta así lo corrobora. No en vano, se ha convertido en un fijo, desde el enfrentamiento ante el Murcia en Las Gaunas, en las cambiantes y sorprendentes alineaciones de Carlos Pouso, plagadas siempre de rotaciones y movimientos que impiden saber qué once va a presantar en cada encuentro.

“Al principio, me costó aclimatarme”

Aunque todavía no es momento de realizar un balance, Menudo sí asume que, “hasta la fecha, a título colectivo estoy contento porque las cosas han salido” porque “hemos llegado al primer objetivo marcado, jugar la fase de ascenso”. En el ámbito personal, indica que “la temporada no empezó como me hubiera gustado porque me costó mucho aclimatarme, luego tuve unos asuntos personales que me afectaron y fue a partir del partido contra el Murcia de la segunda vuelta cuando todo ha ido mucho mejor”. Un total de 11 goles, “y que sigan viniendo más”, polivalencia, regate, chispa, velocidad, desparpajo… facetas que han propiciado que el atacante haya sido un pilar para entender que el UD Logroñés logre su propósito de estar entre los cuatro primeros, esa exigencia no escrita de la que todo el mundo hablaba en verano.

Siempre había jugado de enganche por dentro, pero desde su época en el Sevilla Atlético, donde coincidió con Luis Alberto –actualmente en el Málaga- “como los dos no podíamos jugar en el mismo sitio y como yo tenía más velocidad, pues me escoraron a la banda. Prefiero la izquierda porque así tengo más salida hacia la portería”. Sin embargo, esta campaña ha tenido que adaptarse, sí o sí, a ejercer de referente, ser el delantero. Aunque no el típico ariete, sino de mal llamado falso nueve. “He tenido que jugar, nunca lo había hecho, como delantero, pero con más movilidad, no de quedarme ahí con los centrales; de bajar, irme a los costados… Es lo que he intentado hacer dentro de mis posibilidades”, comenta.

Una adaptación necesaria para sobrevivir si uno quiere ser titular con Carlos Pouso. Salvo la portería, todas las líneas han sufrido variaciones a lo largo de la temporada. Un aspecto positivo porque permite una mayor competencia dentro de la plantilla: “El futbolista quiere jugar siempre. Cuando está haciendo bien las cosas quiere seguir jugando y cuando no atraviesa por un buen momento necesita un resquicio para volverse a ganar la confianza y eso se consigue trabajando”. Que el entrenador haya prácticamente utilizado a casi todos los futbolistas “hace que todos estemos alerta, que hoy puedes ser titular, pero que si te descuidas vas a la grada o al banquillo”.

Una exigencia que no le pilla por sorpresa, ya que aprendió a andar en un vestuario, puesto que su padre es entrenador: “Desde pequeño he vivido ese ambiente y siempre me ha gustado, cierto que cuando era más pequeño siempre se me ha exigido más, pero también es algo normal. He sabido convivir con ella y quizá me haya servido para ir creciendo”. Pese a tener en el corazón al Betis, ha militado en las categorías inferiores del Sevilla, “un club que, aunque me fastidie decirlo, debe ser un espejo en el que otros deben mirarse porque con muy poco hizo mucho y ahora que tiene sigue al mismo nivel y es siempre candidato a estar entre los seis primeros”.

La temporada pasada salió de la ciudad hispalense para por primera vez tras 21 años rodeado de su gente para recalar en el Cartagena. Meses duros, con problemas de pago, pero “en los que hicimos un grupo muy bueno”, clave para alcanzar el 'play off'. Este verano llegó a Logroño con la intención de “superar los goles que hizo la temporada pasada, 7, aunque no soy muy de números ni de obsesionarme” y de seguir creciendo, de continuar evolucionando, madurando en todos los ámbitos y tratar de dar un pasito más en lo deportivo.

Centrarse en la primera eliminatoria sin ir más allá

La experiencia vivida la temporada pasada en el Cartagena debe servir para reflexionar. “Acabamos teceros y en el sorteo nos tocó jugar primero en casa. Éramos favoritos ante el Avilés, pero a la media hora se pusieron 0-2. Fue muy duro, durísimo. Logramos recortar y nos volcamos para empatar, pero a la contra nos marcaron el 1-3. Tuvimos una caraja que nos costó la eliminatoria”. Por eso, Menudo es prudente: “Primero está el partido contra el Langreo, que vamos a intentar ganar poque la posibilidad de mejorar en la tabla ahí está. Luego ya veremos quién nos toca y pensaremos en la primera elimanatoria”. Señala que “el año pasado estábamos pensando ya en cómo celebrar el ascenso antes de centrarnos en el enfrentamiento contra el Avilés y así nos fue”. En esta línea, reconoce que “ascender es complicado. Si eres primero hay más opciones porque te vale con ir a muerte en una elimanatoria, pero a nosotros nos esperan una; si la ganamos, otras; y luego una tercera”. Lo cual no quita para que la UDL dé todo.

El club, en su sexta campaña, ha logrado lo que venía persiguiendo desde hace tiempo: meter la cabeza en un 'play off' de ascenso. Puede que llegue más tarde de lo esperado, eso sin duda, pero buscará no pasar desapercibido pese a la dificultad de la empresa: “Serán 180 minutos y aunque me gusta jugar la vuelta en casa, tenemos que ser conscientes de que este equipo, por nuestra forma de jugar, tiene mucha confianza en los partidos como visitante”. Apunta aquí la fe en el contragolpe letal de los blanqurrojos, en el dejarse querer para luego ser verticales y aprovechar los espacios de las defensas rivales. Algo que se ha comprobado en estos últimos partidos a domicilio. “Hacemos muchas ocasiones, sí que las estamos fallando, yo no he estado acertado últimamente, pero lo importante es que las hacemos; lo preocupante sería que no llegáramos a la portería rival”.

Menudo refleja que “es normal que hubiera dudas del equipo después de un comienzo espectacular -llegaron a ser líderes-. Sabíamos que la mala racha llegaría y teníamos que estar tranquilos”. La UDL empezó a alternar: dentro del 'play off', fuera de los cuatro primeros... el bloque no acababa de ofrecer ese poso de madurez que sí ha exhibido recientemente. El equipo se ponía por delante, sobre todo en casa, y le costaba ganar, sufría demasiado. “Nadie dentro del equipo nos decía que nos fuéramos atrás, pero inconscientemente el futbolista tiende a guardar lo que tiene”. Luego está “la confianza que tenemos en nuestro contragolpe y que enfrente hay un rival que aprieta; todo ello hacía que sufriéramos más de la cuenta”.

“Estoy agradecido por el apoyo recibido”

En la jornada 4 contra el Tropezón, Las Gaunas empezó a atisbar de lo que podía ser capaz Menudo. El habilidoso jugador anotó su primer gol de la temporada en una primera media hora de fútbol de ataque espectacular. Regate va, regate viene... pared... otro regate... Todo ello jalonado con el gol, con el trofeo, con la recompensa. Es la manera que tiene de dar lo que lleva dentro, expresarlo y agradecer a los aficionados, “a esos que han sido fieles todo el año, llueva, nieve o haga sol”, de compartir la ilusión del ascenso con la gente, “es lo que a todos nos gusta, estar lo más arriba posible”. Porque “a todos nos encantaría llegar al último fin de semana de junio jugándonos estar en otra categoría, para eso trabajamos todos los días”.

El lunes llegará el sorteo de la fase de ascenso. Nervios y tensión asegurados. Una buena prueba de fuego para un bloque probablemente inexperto en estas lides. “Es por lo que ha optado el entrenador. Ha preferido juntar un grupo joven, con muchas ganas, con hambre e ilusionado por crecer a la vez que el club”, apunta Menudo. Un conjunto aguerrido, intenso, consciente de lo que debe hacer sobre el terreno de juego, con alternativas y varientes, decidido si lo requiere el choque o prudente para lanzarse a la contra. Sobrio y práctico en defensa, convincente en las acciones de estrategia, “son vitales en esta categoría”, y que no se deja intimidar por las críticas, “vamos a lo nuestro, somos conscientes de que esto es Segunda B y que aquí un error te condena, hay que evitarlos. En este grupo hay mucha igualdad y nadie regala nada”.

Después del duelo ante el Langreo, “nuestro objetivo pasa por ganar y esperar que Murcia y Racing de Ferrol fallen para mejorar la cuarta posición”, llegará un “ilusionante” 'play off' de ascenso a Segunda. Será duro y exigente, un mes y medio más de competición, para buscar el más dificil todavía: “Hay 16 equipos que lo buscan, pero son 4 los que ascienden. Complicado, sí, pero alguno tiene que subir, ¿por qué no podemos ser nosotros?”.

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