Los servicios mínimos ante una posible huelga superan al personal habitual del Hospital de Calahorra

Lo nunca visto. Ante una posible convocatoria de huegla de los profesionales de la Fundación Hospital de Calahorra, el gobierno de La Rioja ha establecido unos servicios mínimos que superan al personal que actualmente presta servicio a los pacientes y usuarios del centro riojabajeño. Por ejemplo, en el caso de las enfermeras de la Segunda Planta que habitualmente son tres en el turno de mañana, dos en el de tarde y dos en el de noche, se establece una cobertura “mínima” en caso de huelga de cuatro en los turnos de mañana y tarde y dos en el de noche. Algo que llama la atención especialmente cuando hay días en los que sólo atienden dos en el turno de mañana y uno en el de noche, tras los últimos recortes impuestos por la Gerencia.

Ante esta situación, y tras las acusaciones del gobierno de La Rioja de que sólo quieren “politizar” la situación, el Comité de Empresa ha decidido aplazar la huelga y no convocarla antes de las elecciones del 24 de mayo, señalando además que con esta medida “lamentablemente los ciudadanos se verán privados del incremento de plantilla que supondrían los servicios mínimos” en caso de convocarla.

Señalan además que la consejería sólo ha atendido a este anuncio de convocatoria de huelga pero ha hecho caso omiso a todas la reivindicaciones de los trabajadores relativas a la escasez de medios y de plntilla, la libre elección de especialista y centro, la implantación de guardias presenciales de 24 horas en algunas especialidades y las “reformas publicitadas” con el número de camas y el caráctir individual o compartido de las habitaciones.

En este sentido han recordado que no se oponen a que las habitaciones sean individuales, al contrario. Sin embargo, apuntan que son necesarias más camas porque lejos del índice de ocupación hospitalaria que el gobierno establece en el 50%, los profesionales señalan que se sitúa en torno al 70%, con una carga real de paciente/día en términos de ingreso que supera el 90% de la capacidad del centro. Por eso denuncian la reducción del número de camas, no la individualización de las habitaciones.