Dos años bajo la sombra de una condena

Olivia García Pérez

0

Han pasado dos años, pero las heridas abiertas aquella noche aun no se han cerrado. No pueden ni quieren hacerlo. Una manifestación pacífica que acaba de forma violenta, versiones encontradas y el inicio de un infierno para tres personas que, a día de hoy, siguen sin saber cuál será su futuro. Mientras tanto, siguen visitando el Juzgado cada quince días para firmar a la espera de que llegue un juicio del que no saben nada.

Pablo y Jorge decidieron salir aquella noche a la calle con motivo de la Huelga General, como lo habían hecho muchas veces antes, a la cabeza de la parte “más rupturista y alternativa” de la manifestación, bajo las siglas de la CNT. El primero iba armado con una pancarta de cartón, el segundo con un megáfono. Pablo fue detenido en apenas unos minutos, Jorge sin embargo abandonó tranquilo la manifestación y se incorporó a su puesto de trabajo en San Adrián. Por el camino le avisaron de que se estaban produciendo detenciones. Poco imaginaba que él mismo acabaría enfrentándose al juez y a una pena de 9 años de prisión.

Ambos aseguran tener “la conciencia muy tranquila” y niegan todos los delitos que se les imputan. Se muestran tranquilos porque tienen pruebas suficientes para demostrar su versión, sin embargo, temen lo que pueda pasar. “Nunca he creído en la separación de poderes”, afirma Jorge, “he tenido otras multas antes por participar en otras protestas y en esos juicos me he visto siempre indefenso”. Pablo dice tener claro a quién se está enfrentando. “El que vino a darme me conoce desde hace años, desde las primeras manifestaciones siendo un crío. Él es la bestia negra de los movimientos sociales en Logroño y ahora está al frente de la Policía Local”. Se refiere al comisario Beneite. Pero va más allá. “Esta gente me da miedo”, continúa, “mucha gente me dice que a Bretón (Delegado del Gobierno) no se le pone nada por delante”.

En esas se encuentran. Y mientras esperan, continúan su lucha. “Al principio, mi madre y la gente que me quería me decía que no saliese a la calle con pancartas pero menos mal que no les hice caso”, relata Pablo, “si nos hubiéramos quedado en casa estaríamos totalmente atemorizados como otros compañeros de otros lugares de España a los que hemos ido conociendo”. Jorge comparte esta opinión. “Con el apoyo de la gente, las cosas han ido cambiando a mejor, sobre todo de ánimo”, asegura. Desde que empezaron a recoger firmas para apoyar su causa (tienen ya más de 12.000), han ido viendo cómo ha cambiado la percepción de la calle. “Al principio la mayoría nos decía que era exagerado sólo por tirar una piedra, ahora, han ido viendo que no es así, que no hemos hecho nada, y nos comentan que esto es una vergüenza, que hemos sido víctimas de un montaje”.

“Me acusan de cosas que ocurrieron cuando yo ni siquiera estaba presente”, asegura Jorge, “me fui de allí porque entraba a trabajar a las 10 de la noche en San Adrián, a 53 kilómetros de Logroño. Y mi compañero Pablo estaba ya detenido en el coche de la policía cuando se lanzó la primera piedra”. Su versión, que apoyan con más de 20 vídeos y otros tantos testigos, choca de frente con las acusaciones que se les imputan: delitos de lesiones, atentado a la autoridad y desorden público entre otras. Siete años de cárcel para uno y nueve para otro. El tercer imputado, que se enfrenta a una pena de cinco años de prisión, prefiere llevar este proceso desde el anonimato.

Siguen teniendo claro que su mayor acierto en todo este tiempo ha sido salir a la calle, no dejar las pancartas ni los megáfonos y trasladar su lucha a la ciudadanía. Sin embargo, hay momentos en que las fuerzas flaquean. “Aunque acabemos siendo declarados inocentes, esto que estamos pasando no nos lo quita nadie”.

Afortunadamente, siempre han contado con el apoyo de los suyos. “Mi madre se enteró de todo por el periódico”, cuenta Jorge, “yo no se lo quería contar por teléfono, se lo quería decir directamente pero no me dio tiempo. Aun así, he tenido su apoyo a muerte desde el minuto cero”. Para mostrar ese apoyo, las madres de ambos participarán esta tarde en una charla-debate en la que relatarán su experiencia (19,30 horas en la Sala de Usos Múltiples del Ayuntamiento).

El calendario de movilizaciones lo tienen completo. Seguirán buscando su defensa en la calle. Sin embargo, el judicial es más incierto. No hay fecha de juicios y nada saben de los plazos. Desconocen tambíen si se hará justicia, pero sí confían en la justicia social.

Etiquetas
stats