“Calahorra tiene que dejar de ser gobernada para unos pocos, hay que gobernar para todos los ciudadanos”

Elisa Garrido es la candidata del Partido Socialista a la Alcaldía de Calahorra. Psicóloga de formación, y desde hace tiempo vinculada a la política, cree que la política local no debe ser rimbombante ni basada en ideas que sólo quedan bien sobre el papel. Debe centrarse en mejorar la vida de los ciudadanos en las pequeñas cosas y desde el sentido común. Por eso, quiere escuchar las buenas ideas que tengan los ciudadanos para poner soluciones y hacer un programa “sensato, claro y realista”.

Lleva años vinculada a la vida política de Calahorra pero, ¿por qué decide presentarse a la Alcaldía de Calahorra?

Bueno, es un proceso que no se decide de la noche a la mañana. Son cuestiones que vas planteándote a lo largo del tiempo. Cuando entré en política hace siete años, lo hice tras tener un bagaje por asociaciones (había estado cuatro años presidiendo el Consejo de la Juventud). Llegó un momento en el que vi que donde tienes capacidad de cambiar las cosas es en el Ayuntamiento. Entré de número cuatro y me integré bien dentro del grupo de trabajo, la pasada legislatura entré ya de número dos y acabé asumiendo la portavocía. Ha sido un proceso, por tanto, que me ha ido llevando poco a poco a este lugar. Y, también, a parte del bagaje que te colocaba un poco en la posición, en el camino; dentro de mi agrupación el apoyo y los refuerzos que me han dado, veía que era una idea común que consideraban que yo podía ser la mejor candidata del partido para las próximas elecciones.

A partir de ahí lo pensé, le di alguna vuelta y pensé, ¿por qué no? Me veo preparada, tengo experiencia, ganas e ilusión.

¿Cómo se afronta el proceso de primarias?

Es positivo, te permite hablar con más gente, ver si hay más opciones, si hay quien considera que hay más candidatos. Además, el Partido Socialista en Calahorra se ha abierto, ha posibilitado que cualquiera pudiera presentarse a las primarias. Al final sólo me presenté yo, también supongo que gran parte de las personas que están en la parte activa de la agrupación entendían que yo era la mejor candidata. En cualquier caso, el proceso se abrió, se ha realizado y ha venido gente, lo que nos ha dado apertura e impulso.

Estamos en un importante momento de descrédito político, ¿cómo va a convencer a los ciudadanos de que votar sirve para algo?

Lo del descrédito de la política es muy real en abstracto, pero luego en el día a día no lo es tanto. Es una idea global de los políticos como si fuera algo lejano, pero a un ciudadano cuando hablas con él y le dices que tú también eres política notan la cercanía y se pierde un poco esta idea porque te lo están diciendo en la cola del pan, en el parque o caminando por la vía verde. Por otro lado, los concejales de una ciudad pequeña trabajan en los asuntos del día a día. Al final, yo creo que el voto es un ejercicio de responsabilidad en el sentido de preguntarte qué te gusta a ti, ver si te gustan las cosas o no. Y, si lo que hay no te gusta, tienes la posibilidad de involucrarte. Lo que yo intento decirle a la gente es que si te quedas en casa los demás deciden por ti y que si lo que están decidiendo por ti no te gusta, igual la única forma de cambiarlo es que seas tú quien dé el paso a decidir.

En la política local vamos de 0 a 100, desde la alcantarilla que no traga, a las cosas más importantes. Tiene una relación con decisiones muy pequeñas que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos, cosas que hacen que tu día a día sea bueno o no.

¿Qué espera de los ciudadanos de Calahorra? ¿Cuáles son las líneas a seguir en estos ochos meses?

Hay que hacer dos cosas: preparar un buen proyecto, que está basado en las personas pero también en las ideas. Yo quiero conjugar a personas que llevan ya algún tiempo en el Ayuntamiento, porque esa experiencia es necesaria, pero también tratar de buscar gente que está implicada con Calahorra socialmente y animarles a dar el paso para llegar al Ayuntamiento porque es ahí donde se toman las decisiones y desde donde se pueden cambiar las cosas. Y por otra parte, contactar con todos aquellos ciudadanos de Calahorra que tienen algo que contar, que tengan una idea, una preocupación o una ilusión para poder sumar esas ideas y mejorar la ciudad. Porque hay cosas que tienen que ver con tu forma de entender la vida, que tienen un componente ideológico; pero hay cosas que no tienen controversia ideológica, que son cosas del día a día y que cualquiera puede tener una buena idea para solucionar algo. Escuchar a cuanta más gente mejor para que nuestro programa electoral sea un programa sensato, claro y realista, que dé respuesta y soluciones de verdad, olvidándonos de ideas rimbombantes que quedan muy bonitas en el papel pero que al final no sirven para nada.

Haciendo un poco de autocrítica, ¿qué puede fallar en la agrupación socialista de Calahorra para que el PP lleve tantos años gobernando con mayoría absoluta?

No creo que tenga tanto que ver con qué podamos hacer mejor o peor los diferentes partidos; yo creo que tiene un importante componente sociológico de la estructura de la sociedad calagurritana por cómo es su historia. Además, hay un problema cuando alguien lleva mucho tiempo en el poder y más con una mayoría absoluta; se consolida mucho, porque genera redes clientelares que son muy difíciles de soslayar; porque generan un estado de control sobre la sociedad donde casi nadie se atreve a levantar la voz o a decir cualquier cosa que pueda incomodar a quien está gobernando y porque hay un control desde los medios de comunicación de la posibilidad de trasladar tus propuestas a los ciudadanos. Va muy poquita gente al pleno a ver qué es lo que pasa. Y en la prensa, hay algunas que son más ecuánimes y otras están claramente dirigidas por el dinero que llega del Ayuntamiento, que es de todos los ciudadanos pero que se pone al servicio del PP.

La estructura social de Calahorra en un momento dado favoreció ese cambio de gobierno y la forma que tiene el Partido Popular de ejercer este gobierno, que tiene que ver con tener bajo control acérrimo a todas aquellas personas que piensan diferente y favorecer a sus votantes hace que el poder se perpetúe; pero de una manera que no tiene tanto que ver con que lo hagan bien o que lo hagan mal sino con que se ha establecido un sistema de gobierno que es muy complicado modificar. Es ese tipo de cosas que en Calahorra todo el mundo conoce.

¿Y esto no desanima un poco?

No, al final saber lo que hay es la mejor forma de buscar buenas soluciones contra esa realidad. Nosotros igual no tenemos acceso a determinados medios de comunicación, pero tenemos las redes sociales que no las pueden controlar y que, aunque llegan a una parte pequeña de la sociedad, es una vía que tenemos. Son dificultades que hay que conocer, pero hay que buscar formas de saltarlas. Siempre hay gente que tiene ganas, alguien tiene que dar la cara.

Como Secretaria de Igualdad, mujer joven ¿qué opina de aquellos que dicen que las mujeres en esta edad son un riesgo para los empresarios; de aquellas declaraciones de Mónica de Oriol?

Bueno, no sé si puedo decir en voz alta lo que pienso. En realidad, esto obedece a una especie de falacia, porque en los datos reales no hay un refrendo de esto; pero al final vivimos en una sociedad patriarcal donde el machismo está en todos los estamentos. Tenemos una estructura social en la que la familia es importante a la hora de generar cuidados, pero cuando hablamos de esto realmente son los miembros femeninos de la familia los que lo hacen. Al final, yo entiendo que pese a lo que esta mujer (Mónica de Oriol) decía de que las medidas de protección perjudican, todo lo contrario, si tú no legislas favoreciendo a la mujer, por si solo no va a cambiar la cosa. Además, hay muchas muestras en los países del Norte de Europa -que llevan años de ventaja en temas de igualdad- allí también llegó un momento en que pensaron que no hacía falta ya la protección y, cuando han retirado algunas políticas, la cosa ha vuelto para atrás. Quien piensa así está desperdiciando el talento de las mujeres, la capacidad de trabajo, de esfuerzo, de compromiso.

¿Esto también pasa en política?

Curiosamente, dentro de los ámbitos de poder, la diferencia entre hombres y mujeres en la política es uno de los que menos existen, porque nos hemos dotado de herramientas como las cuotas o la obligación de las listas cremallera que son elementos de control que en otros ámbitos no se producen. Realmente yo considero que en la política aunque también hay techos de cristal y siempre parece que las mujeres tenemos que demostrar más, si es verdad que hay más oportunidades para desarrollar una carrera. En La Rioja ahora tenemos una muestra clara, de cuatro posibles candidatas somos todas mujeres.

A eso iba, ¿es un síntoma de que las cosas están cambiando o es una casualidad?

Hombre, el hecho de que seamos todas mujeres es fruto del azar, que no haya ningún hombre que se haya atrevido a dar el paso. Pero también es lo que hemos conseguido gracias a las políticas de igualdad que llevamos haciendo años. El hecho de que haya mujeres con el bagaje suficiente es porque las políticas realizadas han permitido que se dé oportunidades a mujeres, ahora estamos recogiendo los frutos del trabajo de muchas mujeres y muchos hombres que han colaborado para ello.

Otro tema bastante polémico últimamente, ¿qué opinión le merece la retirada de la ley del aborto?

Llevábamos dos años peleando para que el PP retirara la contrarreforma de la ley del aborto, por lo que es una gran satisfacción. Realmente creo que esta es una ley aprobada por todo el partido popular que contó con el apoyo de todo el Consejo de Ministros y Gallardón ha sido quien le ha puesto la cara.

El Partido popular lo que debe hacer es olvidarse de la ley del aborto, que la ley del aborto es una ley que ha sido consensuada por todos los grupos políticos menos por el PP, que incluso el PNV la apoyó. Es una ley que está dando buenos frutos. Yo le diría al Partido Popular que lo deje, que no modifique ningún otro punto, porque al final no hay ningún problema en la sociedad con esa ley y el trabajo de un gobierno es solucionar problemas, no generarlos.

Para terminar volvemos a la política local, ¿qué es lo más urgente que necesita Calahorra?

Calahorra necesita dos cosas con urgencia: la primera es ímpetu, trabajo, esfuerzo y volver a generar una energía para resaltar dentro del entorno. Llevamos una época de declive en la que parece que nos falta fuerza, y eso es algo fundamental. Y, luego, lo que desde mi punto de vista hace falta -también por mi experiencia de siete años en el Ayuntamiento- es que Calahorra tiene que dejar de gobernar para unos pocos, que hay que gobernar para todos los ciudadanos. Y eso implica aprovechar todas las ideas que sean buenas para la ciudad con independencia de quién te las plantee y de rechazar aquellas ideas que sean buenas para unos pocos, pero que para el bien común no sean necesarias. Y esto se ve claramente porque llevamos siete años en los que en cada Pleno presentamos como mínimo un par de mociones con ideas para mejorar Calahorra, y hay algunas de esas ideas que pueden tener una controversia ideológica, pero la gran mayoría de cosas que presentamos; son cosas concretas del día a día de la ciudad que no tienen nada que ver con la ideología, que tienen que ver con el sentido común, con mejorar las cosas, y que sistemáticamente el 95% de las veces son rechazadas y eso es un desperdicio de tiempo, de energía, de recursos, de capacidad de hacer cosas por Calahorra que no nos lo podemos permitir. Habría que abrir el ayuntamiento a todas las ideas, las personas, las buenas ideas, ser más dialogante; ser menos soberbio y menos dictatorial. Es algo imprescindible para el Ayuntamiento de Calahorra y eso sería el primer cambio fácil de hacer porque tiene que ver con la actitud de quienes gobiernan. Tantos años de gobierno del PP, ha generado en quienes gobiernan una sensación de que Calahorra es suya, que está haciendo que se desperdicie mucho talento y no nos lo podemos permitir.