Presiones a los trabajadores de la residencia El Sol

La secretaria del sector de Dependencia de la Federación de Servicios Públicos de UGT, Ana Victoria del Vigo, ha pedido el “cese inmediato” de la gerente y el director de la residencia de Alzheimer El Sol por “presiones continuas a los trabajadores”. Se han sumado a la denuncia de del Vigo la secretaria general de FSP-UGT de La Rioja, Maite Gómez, y la presidenta del Comité de Empresa de la residencia El Sol, Esther Tobías.

Con 95 plazas y ochenta trabajadores, El Sol depende del Gobierno de La Rioja pero está gestionada por la empresa CLECE S.A. En este sentido, Gómez ha insistido en que los problemas se centran en la actual dirección exclusivamente, y no en la empresa, por eso le piden su cese y, de lo contrario, iniciarán movilizaciones, incluyendo una carta al presidente riojano, Pedro Sanz.

“Los trabajadores”, ha dicho, “están siendo presionados y acosados por la dirección y gerencia del centro, hasta tal punto que algunos han renunciado a su puesto de trabajo por no poder soportar la presión diaria”.

Ha añadido que “la relación con la dirección está basada en el hostigamiento” y “se incentiva el espionaje, lanzando acusaciones entre el personal; hay maltrato verbal, con gritos, hay amenazas de echar a la calle o cambiar horarios y acusan a los trabajadores de no rendir lo suficiente”.

A esto ha unido “una gran presión sindical” que han motivado al sindicato a acudir a los juzgados en varias ocasiones. “El miedo y la presión” son, tal y como ha asegurado, diarios en la relación laboral de la dirección de la empresa con sus trabajadores, haciéndoles “difícil” su labor, lo que “repercute en los usuarios”.

Del Vigo ha relatado cómo ha habido “excedencias voluntarias y extinciones”. Así, ha dicho, “ha habido excedencias voluntarias en terapia ocupacional, fisioterapeuta, psicólogo; han despedido una supervisora y un médico, y se ha ganado judicialmente como improcedente; y han hecho una modificación sustancial de condiciones laborales por la cual extinguen voluntariamente su contrato unas diez gerocultoras”.

“El resto se está viendo sometida a sanciones, amonestaciones, carteles de prohibiciones”, ha añadido y ha asegurado que “no se puede trabajar con personas, sobre todo en este sector”, bajo estas condiciones.

Por todo esto, Gómez ha exigido la “sustitución” de la dirección y la gerencia “por personas mas cualificadas y capaces de recuperar la confianza y clima de respeto que debe existir entre los gestores del centro y los trabajadores”.