El calvario de Zuriñe acaba en el juzgado cinco años después

El calvario de Zuriñe acaba en el juzgado cinco años después

Olivia García Pérez

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Zuriñe Jimenez tiene 17 años. Los últimos cinco han vivido un auténtico infierno entre la enfermedad y la desesperación. Todo comenzó cuando, a los 12, se le suministró la vacuna contra el virus del papiloma humano. Desde entonces, las secuelas físicas y el correspondiente daño psicológico han sido los protagonistas de su historia.

Cinco años padeciendo parálisis motoras, síncopes, convulsiones, desmayos, cambios hormonales y falta de menstruación entre otras patologías. El pasado mes de diciembre vivió incluso momentos críticos tras sufrir tres paradas cardíacas. Todo por culpa de una vacuna contaminada, suministrada por el laboratorio MER y autorizada por el Ministerio de Sanidad y la consejería de Salud del gobierno de La Rioja.

Sus padres han decidido dar un paso más en su lucha y han presentado una denuncia penal ante el Jugado de Instrucción de Logroño por un delito de lesiones. Una medida con la que tratan de conseguir una moratoria de esta vacuna, que aun se sigue suministrando. Solicitan además la creación de un fondo de compensación para las niñas afectadas, como ya existe en Estados Unidos y una atención justa por parte de la Seguridad Social.

Afortunadamente, en los últimos meses Zuriñe ha experimentado un notable avance en sus dolencias. Pero no ha sido gracias a la sanidad pública sino a un tratamiento privado que le dispensan en un clínica de Madrid.

Su madre, Mamen, ha asegurado que “en estos cinco años, el apoyo de la administración ha sido nulo”. Ha explicado que ellos mismos tienen que costear todo el tratamiento. “Todas las semanas tenemos que ir a Madrid para que le inyecten quelantes y minerales, 120 euros cada vez”, ha detallado, “además son muchísimos análisis, sólo el test de Melisa nos ha costado 340 euros, le hemos hecho un mineralograma de cabello en EEUU y hay que hacer otro de orina”.

La situación es aun más grave si se tiene en cuenta que la familia no tiene ningún ingreso. Mamen tuvo que dejar su trabajo como vigilante de seguridad para ocuparse de su hija y ya no cobran paro ni ningún tipo de prestación. “Afortunadamente podemos ir pagando todo gracias a las aportaciones de la gente, a Facebook, la venta de pulseras y del libro '366 días por debajo de tu piel', porque todo tenemos que pagarlo en la sanidad privada”, ha señalado.

Esta es la segunda denuncia que se presenta en España por los efectos secundarios de esta vacuna, la primera en La Rioja y la primera también por la vía penal, ya que los delitos civiles prescriben a los 5 años. A pesar de que la consejería de Sanidad lo niega, existe un documento de Reportes Farmacológicos que habla de 24 casos similares en La Rioja.

La familia de Zuriñe ha recordado que existen documentos de laboratorio que acreditan que la vacuna está contaminada ya que “tiene ADN reconvivante que, unido al hidróxido de aluminio tiene una toxicidad de la que aun se desconocen las consecuencias”.

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