Insultos, pequeños golpes y encierros de menores en la Casa Cuna entre 2012 y 2013

Insultos, pequeños golpes y encierros de menores en la Casa Cuna entre 2012 y 2013

Rioja2

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A menos de un mes de que comenzara el curso 2013-2014 saltaron todas las alarmas. A finales de agosto, un grupo de padres denunció posibles malos tratos en el centro municipal Casa Cuna, una escuela infantil propiedad del Ayuntamiento de Logroño y gestionado por la empresa Eulen.

Una de las educadoras, que había terminado su contrato con Eulen, se puso en contacto con una de las madres y le habló de bofetadas, insultos, amenazas y encierros en un cuarto cambiador a oscuras a niños del centro de entre cero y tres años.

Pronto, el testimonio de esta ex trabajadora fue avalado por el de otra compañera aunque los padres manifestaron tener constancia de que al menos cuatro educadoras más prestaron testimonio. Las sospechas de malos tratos ya recaían entonces sobre la directora y dos educadoras más.

A raíz de la denuncia interpuesta por los padres a finales del mes de agosto, la Policía Nacional abrió una investigación. El Ayuntamiento de Logroño, mientras tanto, se mostraba indignado. Una postura, la del Consistorio logroñés y la de la empresa adjudicataria, que no satisfizo a las familias.

Los responsables de Eulen, en una reunión con los padres y tutores, insistieron en la presunción de inocencia de las trabajadoras y no adoptaron medida alguna que pudiera tranquilizar a los padres.

Las familias, preocupadas ante el inminente comienzo de curso, enviaron el 23 de agosto un escrito a la concejala de Política Social, Paloma Corres, la reunión se produjo el 27. En la carta, exponían la gravedad de los hechos y solicitaron la suspensión temporal de las trabajadoras bajo sospecha, la suspensión del contrato de gestión con Eulen, más control municipal, que se activaran las cámaras web del centro y la continuidad de las trabajadoras que denunciaron los hechos.

El curso comenzó y, aunque las dos trabajadoras y la directora fueron retiradas, Eulen seguía, y sigue siendo, la adjudicataria del contrato. La alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, por su parte pedía “prudencia” al tratarse, decía, de un “tema sensible y serio” que afecta a niños de entre cero y tres años.

En una visita a las obras del soterramiento, y preguntada por los periodistas, Gamarra contó que había abiertas dos investigaciones en paralelo: de la Policía Nacional tras la denuncia de los padres y la del propio Ayuntamiento. “Cuando concluya la investigación, si hubiera que tomar algún tipo de medida se hará. El Ayuntamiento tomará todas las medidas que sean necesarias y oportunas” concluyó la alcaldesa que insistió en su mensaje de prudencia y responsabilidad hasta que se realicen las comprobaciones oportunas de la denuncia de malos tratos.

Llegó septiembre y el centro de educación infantil Casa Cuna comenzó el curso con seis matrículas menos. A principios del mes de septiembre, Corres daba cuenta del inicio del curso en el citado centro en el que habían matriculados “84 alumnos frente a los 90 que había la semana pasada, después de que 18 familias decidieran darse de baja del centro y doce renuncias se cubrieran con familias que estaban lista de espera”.

Por su parte la empresa adjudicataria, Eulen, y a través de un comunicado a principios de septiembre dejó clara su colaboración con la policía y ayuntamiento desde el momento de la denuncia, “con el fin de aclarar de forma ágil y transparente dicha contingencia”. Una vez delimitadas las responsabilidades “si las hubiere”, continuaba la nota de Eulen, el grupo “actuará en consecuencia”.

Cinco meses después, la justicia dice que “entre los años 2012 y 2013 en la Casa Cuna se utilizaron medidas consistentes en insultos, pequeños golpes y encierro de menores, que excederían manifiestamente de las medidas correctoras administradas a cualquier persona”.

Por esta razón, el titular del Juzgado de Instrucción número uno de Logroño ha imputado a la directora de la guardería Casa Cuna en 2012 y 2013 y a dos educadoras por un presunto delito contra la integridad moral, que el Código Penal castiga entre seis y dos años de prisión, tras la investigación del llamado ‘Caso Cuna’.

Este medio ha tratado de ponerse en contacto con el grupo Eulen pero ha sido imposible. Por su parte, el Ayuntamiento de Logroño, a través de un comunicado, asegura que fue el Consistorio el que “inició la investigación sobre una posible atención irregular en el centro infantil Casa Cuna en cuanto, a través de informaciones de alguno de los padres, tuvo constancia de ello durante el pasado verano”.

De igual forma, continúa el escrito, el Ayuntamiento abrió también de inmediato un expediente sancionador a Eulen, por una falta grave o muy grave de incumplimiento del contrato. Un expediente que tuvo que ser suspendido, por la apertura de diligencias judiciales por el Juzgado de Instrucción, pero que se reanudará en cuanto se tenga una resolución judicial en firme y en cuanto el procedimiento judicial se concluya. En ese sentido, el Equipo de Gobierno será riguroso y firme en virtud de la sentencia que se dicte.

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