Caminando sobre las vías

Era un día de celebración, aunque el tiempo no acompañara. No era para menos, por primera vez la brecha de las vías del tren en Logroño estaba superada. Y todo gracias a la ingeniería y al dinero público, ese que ahora es tan escaso. Pero sobre todo, a numerosos hombres y mujeres, políticos de todos los partidos, que se empeñaron en que Logroño no estuviera separada por la trinchera del ferrocarril que cruza la ciudad.

Por eso, la apertura hoy de la calle Juan Boscán ha facilitado la unión “histórica” de los barrios logroñeses de Cascajos y Lobete, dentro de las obras de soterramiento de las vías del tren, según han afirmado hoy el presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, y la alcaldesa de la ciudad, Cuca Gamarra.

Sanz y Gamarra han asistido al acto oficial de apertura al tráfico rodado y peatonal de la prolongación de la calle Juan Boscán, que permite la conexión entre el barrio de Cascajos con el resto de la ciudad a través de Lobete, dos zonas próximas, pero siempre separadas por las vías del tren.

Se trata de la primera calle construida sobre la vía del tren dentro de las obras de la integración urbana del trazado ferroviario a su paso por Logroño.

“No estamos hablando de una calle, sino de logroñeses que van a poder estar mejor relacionados, mucho más juntos y comunicados”,

ha dicho la alcaldesa, para quien ello se produce en unos momentos en los que hace falta la unión desde muchos puntos de vista.

Para ella, es “importante” que “Logroño esté unido en todos sus barrios a la hora de hacer ciudad” y cree que la apertura de esta calle es un momento “histórico”, facilitado por el proyecto del soterramiento del ferrocarril y sus obras de integración urbana.

Ha recordado que en 1958 se inauguró la vieja estación del tren y, desde entonces, “la ciudad había estado separada por la brecha que suponía las vías del tren”, lo que ahora no ocurre con la apertura de Juan Boscán, que tiene una longitud de 115 metros.

También se prevé en la misma el cruce del futuro carril bici, que discurrirá por el parque que se acondicione en la superficie de la estación del ferrocarril y su entorno.

Gamarra ha insistido en que el enlace de la calle Juan Boscán con la de Lope Toledo permite materializar el “principal” objetivo del soterramiento: la conexión de los barrios y la unión de personas, de unos 30.000 logroñeses, de los 9.000 residentes en Cascajos y de los 21.000 que viven en Lobete.

“Logroño, en estos momentos de dificultades económica, está en marcha y esto es algo que hay que poner en valor y encima de la mesa”, según la alcaldesa, quien ha aludido a próximas actuaciones relacionadas con el soterramiento.

Entre ellas ha citado la urbanización de Eliseo Pinedo, con la nueva rotonda y su conexión con Pedregales; la finalización de Miguel Delibes y el nuevo parque que surgirá a ambos lados de Juan Boscán, que el arquitecto responsable de las obras, Iñaki Ábalos, prevé que pueda utilizarse hacia el próximo mes de septiembre.

El presidente del Gobierno de La Rioja ha afirmado que Logroño ha eliminado una barrera histórica con la conexión de los barrios de Cascajos y Lobete.

Ha citado que la sintonía que existe entre las administraciones central, autonómica y local en las obras del soterramiento permitirá impulsar con mayor “efectividad” y “eficacia” este importante proyecto, en el que “los resultados se van a acelerar y no va a haber ninguna distorsión”.

Sanz ha apostillado que hoy es un día muy “significativo” para Logroño, que “se ha liberado de una atadura que provocaba la división” y que ha permitido el acercamiento entre los vecinos de los barrios de Lobete y Cascajos.

También se ha referido a los significativos cambios que el proyecto del soterramiento de la vía del tren está produciendo en la capital riojana, desde que en el año 2002 se constituyó la sociedad Logroño Integración del Ferrocarril.