Cofrades, una tradición familiar que une cultura y religión

José Luis Reinares a sus 75 años se levanta “como todos los días” a las siete y media de la mañana. Tiene todo el día por delante para hacer las múltiples encomiendas que precisa la Cofradía de la Pasión de Logroño. Fue cofrade con 17 años pero antes lo fueron su padre y sus suegro que también fue Hermano Mayor de la Cofradía como lo es ahora su hijo Jesús. Muchos son los Reinares que integran la Cofradía, hasta cinco generaciones ha participado en los actos de la Semana Santa a cargo de esta asociación religiosa: abuelo, padre, hijos y nietos. “Solo una nuera mía no está en la Cofradía, los demás, todos” apunta José Luis haciendo gala de una conversación tan buena como su memoria y su energía.

Es incombustible. Porque a pesar de madrugar y mucho, José Luis es quién cierra todas las noches la Iglesia. “Soy el último que se va y el que cierra la parroquia”. La Cofradía de la Pasión ocupa un lugar privilegiado en la ciudad en la Iglesia de Santa Teresita en el Parque Gallarza de Logroño. Hoy están allí limpiando el paso, hay jóvenes, niños, matrimonios de mediana edad y gente más mayor. José Luis se desenvuelve como pez en el agua y explica la razón por la que en sus hijos y nietos han seguido con esta tradición familiar. “Lo han mamado desde pequeños, me han visto preparar todo en Semana Santa”. Pero hay algo que trae de cabeza a este veterano, “para algunos cofrades la Semana Santa solo es el Martes y el Miércoles Santo” y concluye, “y para mí ser cofrade es serlo todos los días, no por un espectáculo sino por la religión católica”.

EN TIEMPOS DE CRISIS, LOS COFRADES SON MÁS SOLIDARIOS

Jesús Reinares, hijo de José Luis, es el Hermano Mayor de esta Cofradía compuesta por más de 300 personas, gente de todas las edades y condiciones. Recuerda que no es necesario tener una tradición familiar para formar parte de ella, sino que muchos de los nuevos cofrades lo son llamados por otras actividades de la cofradía como el tambor. “Cada uno lo vive a su manera, por su tradición familiar o por lo que sea, son como cualquier otro cofrade” sentencia Jesús.

Comenzó su andadura en la tradición familiar en 1983, cuando tenía 16 años. Eran también tiempos duros porque en su casa son seis hermanos y era complicado apuntarse a la Cofradía por los gastos. Sin embargo, Jesús tuvo suerte porque uno de los cofrades había abandonado la Cofradía a su misma edad y pudo prestarle el hábito. “Gracias a él pudo apuntarme a la cofradía, fui el primero de mis hermanos”.

En la actualidad, los tiempos que corren también son complicado y la Cofradía se hacer cargo de ello. Aunque la cuota anual son 25 euros para un adulto y la mitad del precio del hábito (90 euros) lo subvenciona la Cofradía, son conscientes de que para una familia con varios miembros cofrades y el padre o la madre en el paro, es difícil estar al día con los pagos de la Cofradía. “La Cofradía está para ayudar a los hermanos y ahora más que nunca” asegura Jesús, “así que sí algún cofrade no puede abonar la cuota y nosotros sabemos que no puede pues no pasa nada, somos comprensivos”.