La peor sequía de más de una década arrasa el cereal de la Rioja Baja

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Mirar al cielo y consultar el parte meteorológico forma parte de la rutina de Noé, un joven agricultor de la zona de Arnedo. Casi siempre cunde el desánimo cuando las previsiones anuncian que seguirán las temperaturas primaverales y un sol de justicia: el cielo, sin una nube.

“El cereal no ha crecido, debería estar más alto de lo que ahora está, las viñas no han podido mover y los cerezos, aunque es cultivo de secano, muchos se han secado, no van a poder con el fruto”, augura Noé.

Dar un paseo por el campo de la zona de Arnedo, Autol o Quel es casi desolador. La alfombra verde de otros años que formaba cultivos de cereal no existe. Visto de lejos hay más parte marrón que verde. Cosecha perdida. Lleva sin llover desde hace meses y el agua caída en febrero no sirvió para nada. Además, apenas ha nevado por esta zona y la tierra no ha conseguido retener agua. “El futuro es muy negro”

dice el joven agricultor, mostrando un campo de almendros. Algunos están completamente secos y otros, sus ramas reverdean. Noé nos advierte que estos almendros no sacarán fruto porque la falta de lluvias y de humedad han provocado que ni siquiera han podido sacar flor, directamente han salido las hojas, y sin flor no hay fruto.

“La situación es irreversible, por mucho que llueva la cosecha de cereal no se va a salvar, si ahora en abril lloviera de verdad tal vez sí que se salvaban la viña y los almendros” y continúa, “durante estos tres meses de invierno solo ha llovido 50 litros, pero ahora aunque caigan otros 200 litro, no vale, la planta no tiene reservas y por mucho que llueva mejorará para la próxima cosecha, pero no para esto”.

Los agricultores miran ahora con esperanza a la Administración tanto regional como nacional a la espera que se determine la situación de sequía y vengan las ayudas. Algunos seguros contemplan la cláusula de sequía, pero no es lo habitual. La situación es tan apremiante que desde la Unión Europea se ha previsto que las ayudas de la PAC (Política Agraria Común) que cobran los agricultores se adelanten al mes de octubre, e incluso antes.

A PERRO FLACO TODOS SON PULGAS

El campo cada vez se lo pone más difícil a los jóvenes que han decidido apostar por esta vida y que son un revulsivo para el envejecimiento de las zonas rurales y también, en tiempos como estos, ante la crisis económica.

Pero no es fácil. La sequía ha venido a agravar una situación que ya es bastante complicado tras el acuerdo suscrito entre la UE y Marruecos. “Nos revientan los precios” recuerda Noé, “y no podemos competir, solo nos queda cerrar y marcharnos”. Pero reconoce que eso sería muy doloroso porque un agricultor no puede llevarse la tierra consigo si decide buscar suerte en otra parte. “El que es del campo y ha vivido en el campo no lo puede dejar, no es un como un almacén que cierras y coges las máquinas. La tierra no te la puedes llevar, la tienes que dejar yeca y eso es un comecocos”.

Nunca llueve a gusto de todos, y nunca mejor dicho, Carmelo Guinea, técnico de la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR), diferencia entre las zonas de La Rioja Alta, Media y Baja. La zona más al norte de la comunidad tiene reservas por el agua, gracias a las nieves del invierno y al deshielo. Pero no pasa lo mismo en la Rioja Baja y Media: Arnedo, El Villar, Ribafrecha o Fuenmayor… Guinea da cifras y son desoladoras: el cultivo más afectado es, sin duda, el cereal de la Rioja Baja ya que “las cosechas están totalmente perdidas”, aún se mantiene el trigo y la cebada en la Rioja Alta gracias a las nieves y a las lluvias de las últimas semanas, así como la remolacha y la patata que aún tienen salvación si llueve en este mes de abril.

Los pantanos y los embalses también sufren la ausencia de agua. Actualmente están por debajo de los niveles de reserva de agua del año pasado. En 2011 estaban a un 60% de su capacidad y ahora, a un 40 o 38%, y eso que ya se ha producido el deshielo.

Se podría decir que el campo riojano está atravesando la sequía más dura de los últimos 15 años. Las pérdidas son ya de 4,6 millones de euros para los agricultores.

Pero los agricultores no son los únicos que están pasándolo mal. Los ganaderos llevan meses invirtiendo en pienso y forraje para dar de comer a los animales. Ya han perdido 2 millones de euros porque el campo está tan seco que el ganado no puede comer.

Carmelo Guinea también apela a los responsables gubernamentales para que hagan algo y a las ayudas de la PAC. “El cobro de las ayudas se ha adelantado a octubre o noviembre, pero tendrán que pagar posiblemente antes, porque la gente precisa de recursos”.

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