Carreras: “He reconocido en la Cocina Económica a conocidos de toda la vida, que bajan la cara cuando me ven”

0

El presidente de La Cocina Económica de La Rioja, Emilio Carreras, reconoce que la crisis ha afectado de tal forma a muchos ciudadanos, que ahora acuden a comer a esta entidad humanitaria personas de Logroño que conoce “de toda la vida”.

Carreras, arquitecto de profesión, que dirige esta institución social desde hace cuatro años pero colabora con ella desde hace 33, asegura que ha llegado a reconocer en el comedor de la Cocina a albañiles y trabajadores de la construcción a los que conoce desde siempre y que cuando se encuentran “bajan la cara”.

La Cocina Económica reparte cada día unas 100 raciones en el comedor y otras 40 las envía a las propias casas de familias con niños pequeños, que necesitan la ayuda alimentaria.

El incremento del número de comidas que se reparten es diario, “un goteo imparable” desde que comenzó la crisis y aumentó el paro, circunstancias que, por otra parte, han reducido el número de emigrantes que reciben alimentos, explica Carreras.

Hay menos emigrantes porque muchos ya no van a esta institución y porque otros se han ido, según Emilio Carreras, quien subraya el cambio de perfil del “cliente” de la Cocina que ahora es una persona endeudada, con una hipoteca que pagar y sin trabajo.

Este es el perfil del nuevo comensal pero todavía persiste el marginal de toda la vida que vive en la calle y en ocasiones utiliza algunos de los servicios que ofrece la Cocina, por ejemplo una cama caliente en las noches de frío en el dormitorio Alaska.

El presupuesto anual de todas los servicios de la Cocina Económica, que aprobará la próxima asamblea de esta institución fundada hace 118 años, oscila entre 1,4 y 1,5 millones de euros, aportados fundamentalmente - el 60 por ciento- por el Ayuntamiento de Logroño y del Gobierno de La Rioja.

El resto - un 40 por ciento- proviene de cajas de ahorros, empresas privadas, donaciones de particulares y legados de fallecidos y, aunque han aumentado los donativos en los últimos años, la institución arrastra desde 2011 un déficit 120.000 euros.

La Cocina tiene una plantilla de 35 personas, de las que dos son monjas y otras cinco religiosas, ya jubiladas, trabajan de forma voluntaria, pero además cuenta con 80 personas que colaboran de forma altruista.

“Podremos aguantar 2012 gracias a que tenemos tesorería”, asegura Emilio Carreras, que confía en la generosidad de los riojanos para que la institución sobreviva en estos tiempos de crisis, cuando más necesaria es su labor.

“Hoy los necesitamos más que nunca”, pide a los ciudadanos Carreras, quien recalca que la Cocina Económica no ha sido “nunca pedigüeña”, pero la crisis económica obliga.

El menú que se sirve en la Cocina es el mismo que se come en cualquier hogar riojano, con un plato fuerte de legumbres -con tocino y oreja-, arroz o pasta y un segundo de carne o pescado y algo de fruta.

Para beber, agua, aunque el vino algunos se lo traen puesto, según dice con socarronería Emilio Carreras, quien señala que los días festivos se sirven también refrescos “siempre” sin alcohol.

La Cocina no la puede utilizar cualquiera, los “clientes” tienen que llevar un vale de alguna organización humanitaria -Cáritas- o de los servicios sociales municipales, aunque a los recién llegados se les atiende hasta que aprenden las normas.

Emilio Carreras es pesimista sobre una solución rápida de la crisis, cree que perdurará y que el aumento de la pobreza en España -en La Rioja en torno al 20 por ciento de las familias están por debajo del nivel de la pobreza, según Cáritas- está directamente relacionado con su excesivo endeudamiento.

“Se han metido a ciegas donde no debían y ahora han perdido trabajo y patrimonio y están endeudados e hipotecados”, concluye.

Etiquetas
stats