Cómo cerrar “agujeros y socavones” con 700 millones de euros

Rioja2

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De estar en paro y “con agujerillos” a tener millones en el banco existe una diferencia considerable. Y más cuando todo viene de sorpresa. Eso es lo que les ha pasado a los vecinos de la localidad monegrina de Grañén donde el número 58268 ha dejado cerca de 700 millones de euros. O, lo que es lo mismo, 400.000 euros por décimo.

La felicidad en esta localidad oscense de 2000 habitantes era casi imposible de palpar si no era en la calle Joaquín Costa y aledaños. Ahí, en la puerta de la Administración número uno de lotería que regenta María Pilar Azagra, la única del pueblo, se aglomeraban gran parte del vecindario. Desde las 10.00 y con botellas de cava en mano, se han soltado gritos y se han derramado lágrimas. No era para menos. Informa desde Grañén (Huesca), Marta Azanza, redactora jefe de Aragón2.com.En una localidad eminentemente agraria, ese dinero va a venir muy bien. Sobre todo para tapar agujeros “y hasta socavones”, como señalaba José Manuel Penella, uno de los agraciados que no podía entender aún cómo Grañén podía haberse repartido el mayor premio de Navidad de la historia. “Aún no me he atrevido ni a coger las papeletas, lo único que quiero es celebrarlo con los vecinos y abrazar a mi mujer”, ha señalado mientras pensaba qué capricho se va a dar.

Quien sí lo tiene claro es María José, vecina de San Juan de Flumen, pero portadora de un décimo gracias a las participaciones de la Asociación de Amas de Casa que ha repartido las participaciones. Ella, que tiene a sus dos hijos en paro y una nieta, ha adelantado que lo primero que hará será invitar a su familia a un gran viaje. “Me los llevo a Canarias, que se lo prometí y ahora me toca cumplirlo”, ha indicado con su nieta de dos meses en brazos. “Con el resto ayudaré a mis hijos a que salgan adelante”.

También juntará a la familia María Jesús Domech, a quien el premio le va a permitir traer a sus hijos y ayudarles a sacar adelante el bar que regenta en la localidad, y Ana Crespo, que a sus 77 años no paraba de reírse y repetir que, a su edad, “nunca había visto una tan gorda”. La alegría, no obstante, ha llegado a todos los rincones. Incluso a aquellos en los que no ha tocado. Así, esta mañana era muy difícil no ver a vecinos con el móvil en mano comentando a quién le había tocado y qué iban a hacer con otros. “Cariño, que te compro la moto” ha sido solo una de las buenas noticias que se han dado hoy gracias al premio. Seguro que vendrán más.

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