Gran Bretaña dice “no” a una mayor integración presupuestaria

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Los líderes de la Unión Europea han tenido que resignarse a aceptar una división para poder adoptar las nuevas normas sobre disciplina presupuestaria de la zona del euro, ante la negativa de Reino Unido y Hungría a participar con un tratado de toda la UE.

La cena de jefes de Estado y Gobierno de la UE, que se alargó más de diez horas y concluyó a las cinco de la madrugada, logró acuerdos en medidas concretas como acelerar un año la entrada en vigor del fondo de rescate permanente y dotar al FMI con 200.000 millones de euros para ayudar a países en crisis.

La reunión logró bastante rápido un pacto sobre disciplina presupuestaria, que consagra la “regla de oro” para que los países no tengan déficit estructurales anuales superiores al 0,5 % del PIB, que además se incluirá en las constituciones de los países o en legislaciones de fuerza equivalente.

Sin embargo, la división llegó a la hora de ver qué marco legal se daba a ese acuerdo. El primer ministro británico, David Cameron, se erigió en protagonista -secundado por Hungría-, al exigir la inclusión de un protocolo para exonerar al Reino Unido de algunas normas sobre la regulación de los servicios financieros.

Los 17 países del euro y otros seis no miembros (Bulgaria, Dinamarca, Letonia, Lituania, Polonia y Rumanía) se mostraron dispuestos a unirse a ese nuevo tratado, mientras que Suecia y República Checa pidieron realizar consultas con sus parlamentos o con socios de las coaliciones de gobierno.

“Cameron ha pedido lo que todos considerábamos inaceptable”, resumió la situación el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien no dejó de recordar que parte de los problemas económicos actuales “vienen de la desregulación de los servicios financieros”.

Si aceptamos una derogación para el Reino Unido... sería poner en cuestión una gran parte del trabajo hecho (en la UE) para la regulación” de este sector, insistió.

El mandatario francés, con gesto muy adusto, rechazó que se esté generando una división en la UE: “estamos tratando de salvar nuestra moneda y nos acusan de hacer una Europa a dos velocidades”.

El primer ministro británico dijo que las condiciones eran “inaceptables” para su país, que quería salvaguardas para evitar que las normas europeas afecten al trabajo en la City londinense, el principal centro financiero mundial.

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, consideró que el acuerdo “se acerca bastante a un buen pacto fiscal” y “ciertamente ayudará en la situación actual”.

Además de la disciplina fiscal y su forma legal, los líderes acordaron una serie de medidas inmediatas con las que se espera calmar la crisis de la deuda en la zona del euro.

Así, los Veintisiete acordaron acelerar la entrada en vigor del fondo de rescate permanente a julio de 2012 y dotar al FMI con 200.000 millones de euros para ayudar a países en crisis.

Los líderes decidieron reforzar sus dos fondos de rescate al combinar su fuerza y mantenerlos en paralelo hasta mediados de 2013, con la idea de crear un verdadero cortafuegos capaz de frenar el contagio y de rescatar, si fuera necesario, a economías más grandes.

No obstante, al final Alemania se ha salido con la suya en detrimento de Francia, y el fondo de rescate permanente no tendrá una licencia bancaria, algo que le hubiera facilitado acceso a los recursos del Banco Central Europeo.

Eso sí, Berlín ha cedido en su rechazo inicial de revisar al alza la dotación máxima del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) de 500.000 millones de euros.

La UE también eliminará la obligación la banca de participar en más quitas en reestructuraciones de deuda soberana europea.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, admitió en rueda de prensa que esa decisión se tomó después de que el uso de esta idea en el segundo rescate griego “tuvo un efecto muy negativo en los mercados de deuda”.

A pesar de la fuerte disputa con los británicos por la cuestión de los tratados, la canciller alemana, Angela Merkel, consideró que la reunión arrojó un “muy buen resultado” que permitirá a los 17 países del euro “recuperar la credibilidad” que han perdido en los mercados.

Para la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, el conjunto de decisiones acordadas constituye “un paquete que va realmente en la buena dirección”.

En cuanto a los eurobonos, si bien no hubo un acuerdo ante la persistencia de la oposición de Alemania y Holanda, sí se acordó que los presidentes del Consejo Europeo, la CE y el Eurogrupo elaboren un informe para la cumbre de junio de 2012.

Para entonces “esperamos que haya aguas más calmadas y un clima más tranquilo”, añadió Van Rompuy.

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