Giner:“Los españoles han soportado durante años la pesada carga del Franquismo”

EFE

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El escritor Gonzalo Giner ha relacionado el actual éxito de la novela histórica en España con un intento de los españoles de recuperar el orgullo de su propia historia, después de arrastrar la “pesada sombra” de la dictadura de Franco y otras épocas “nada agradables” de recordar.

Giner (Madrid, 1965) presenta hoy en Logroño su tercera novela, “El jinete del silencio” (Temas de hoy), una historia de Yago, un mozo de cuadras del siglo XV, en pleno Renacimiento, que lleva al lector de Jerez de la Frontera a Nápoles y Jamaica, cuando Carlos V, un rey fascinado por los caballos, reinaba sobre España y dominaba Europa.

El escritor, de profesión veterinario, autor de éxito inesperado con su novela “El sanador de caballos”, entiende que la reciente pasión de los españoles -mayor que en otros países- por la novela histórica puede tener que ver también con una cierta tendencia a huir del mundo real, tan crítico y problemático.

Considera Giner, en una entrevista con EFE, que el español medio ha soportado durante décadas la “pesada carga” de ciertas interpretaciones de una historia que hace a los españoles estar “poco orgullosos” de ella, cuando también puede haber “períodos maravillosos” del pasado que enorgullecen a la gente.

En su último libro, el escritor madrileño incorpora a la historia una circunstancia insólita: el protagonista, Yago, es un joven que sufre un variedad muy determinada de autismo llamada Síndrome de Asperger, una afección que le hace vivir en un mundo alejado de las personas pero con una especial sensibilidad hacia los animales, hacia los caballos.

Yago será pues el “Jinete del silencio”, incomprendido para sus semejantes pero ligado a los nobles caballos, sus compañeros, de los que recibirá la calma que requiere su ansiedad enfermiza y con los que se comunicará y crecerá como persona.

Sobre los poderes curativos de los caballos para este tipo de afecciones psicóticas no tiene ninguna duda Gonzalo Giner, gran amante de los caballos y caballista él mismo, aunque su especialidad veterinaria sean los rumiantes.

Las personas que padecen el Síndrome de Asperger tienen una forma de pensamiento que les impide o dificulta entender las metáforas o el doble sentido de una frase, su pensamiento no circula tanto con palabras sino con imágenes que asocian a recuerdos, según Giner.

“Salvando las distancias es lo mismo que les pasa a los animales y por ello (los enfermos de Asperger) 'comparten' esa forma de pensamiento” y se comunican con ellos y alivian sus ansiedad, explica el escritor.

Puntualiza que este tipo de terapias -para que las que se utilizan también otros animales como el burro- hay entenderlas dentro de un conjunto de cuidados que “ayuda a mejorar comportamientos”.

“Los autistas tienen un problema de hiperexcitación del sistema nervioso periférico que les lleva a sentirse incómodos cuando los tocan o lo acarician mas de lo normal, el caballo neutraliza este sistema y les permite controlar lo que estén haciendo, los ves felices, sonríen, se lo pasan bien y es una buena ventana para vivir un momento de felicidad”, dice de la equinoterapia.

Gonzalo Giner se extiende sobre la atracción que siente todo el mundo hacia los caballos, primero por los “enormes favores” que han hecho a la humanidad, en el transporte, la guerra, el correo y tantos otros servicios que hacen que el caballo “esté metido en los genes”.

La segunda explicación -añade Giner- tiene que ver con su morfología, sus medidas, que nos acercan al “número áureo”, a la “divina proporción” que utilizaban nuestros ancestros en la construcción de las catedrales y de las obras de arte.

Además, añade, la sensación de montar un caballo y que obedezca tiene que ver con el orgullo de dominar a la bestia y eso “alimenta el ego”, además de que contagiarte de sus propios movimientos y reacciones tiene un “encanto especial”.

Sobre el trato de los españoles a los animales, Gonzalo Giner afirma que ha mejorado, que nunca la gente ha tenido más afición a las mascotas y que las facultades de Veterinaria están a rebosar, con un auténtico aluvión de mujeres que quieren vivir en contacto con los animales.

Puntualiza que todavía hay en España excepciones de maltrato -peleas de gallos, corridas de toros-, restos culturales atávicos que poco a poco irán desapareciendo, cree este veterinario y escritor

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