Sagasta y su empeño por el Puente de Hierro, protagonistas de un libro

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El empeño personal y el decisivo papel de Práxedes Mateo Sagasta (Torrecilla en Cameros, La Rioja, 1825-Madrid, 1903) en la construcción y el emplazamiento en Logroño del Puente de Hierro son los protagonistas de un libro que repasa el tesón de este político riojano en mejorar las comunicaciones de la capital.

Sagasta trabajó sin descanso durante su etapa como presidente del Gobierno entre 1881 y 1883 para que la capital riojana dispusiera de esta paradigma de ingeniería civil del siglo XIX, tal y como se plasma en el libro ‘El Puente de Hierro de Logroño. Sagasta y las obras públicas en el siglo XIX’.

El consejero de Cultura, Gonzalo Capellán, y el consejero de Obras Públicas, Antonino Burgos, han presentado junto a la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, esta nueva publicación, editada por el Instituto de Estudios Riojanos (IER) y la Fundación Práxedes Mateo Sagasta, que repasa todas las vicisitudes por las que atravesó esta infraestructura desde su diseño, ejecución y apertura al público en 1882 hasta su reciente rehabilitación, acometida hace dos años por el Gobierno de La Rioja, que ha permitido que este símbolo del paisaje logroñés haya recuperado todo su esplendor.

El origen de esta obra colectiva se encuentra en las jornadas organizadas por la Fundación Práxedes Mateo Sagasta en el año 2009, coincidiendo con los trabajos de remodelación del puente, con el propósito de profundizar en la figura de Sagasta como ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, quizá la faceta más desconocida de este ilustre riojano. La iniciativa dejó patente el “verdadero protagonismo” de Sagasta en la construcción y emplazamiento de este ejemplo de ingeniería del hierro“, en palabras del consejero de Educación, Cultura y Turismo. Con esta publicación se vuelve a rendir tributo al político riojano por su inestimable contribución a su tierra.

De esta forma el libro, del que se han editado 1.500 ejemplares que se venden al precio de 20 euros cada uno, pone fin a la leyenda popular que señalaba que este puente había sido concebido para otros lugares, desde Sevilla a Santiago de Compostela pasando por Tarragona e incluso Cuba, y que se había instalado finalmente en Logroño por un golpe de autoridad de Sagasta. Asimismo, Gonzalo Capellán ha desvelado que la investigación ha confirmado que las más de 1.100 toneladas de hierro empleadas en su construcción no eran de procedencia nacional sino que fueron importadas desde Inglaterra, Bélgica y Alemania.

Orígenes del puente

El Puente de Hierro se construyó tras el accidente de 1880 en el que murieron ahogados 90 militares cuando trataban de cruzar el río. Aquella tragedia consternó a la ciudadanía y el alcalde, el Marqués de San Nicolás, solicitó al Gobierno la urgente construcción de un nuevo puente sobre el Ebro. El presidente del Gobierno, Práxedes Mateo Sagasta, mandó construir un puente provisional de madera y encargó inmediatamente la redacción de los proyectos para construir un nuevo puente en Logroño que garantizase el acceso seguro a la ciudad a través de las calles Abades y Zurrerías salvando el río Ebro.

El ingeniero Fermín Manso de Zúñiga fue el encargado de diseñar esta infraestructura de 330 metros de longitud que se levanta sobre una estructura de hierro con once vanos de 30 metros de luz cada uno. La empresa Maquinista Terrestre y Marítima ejecutó el proyecto del puente más largo y más antiguo de la capital riojana en la actualidad, con un presupuesto de cerca de un millón de pesetas, en concreto 909.837,46 pesetas, una inversión elevada en aquella época.

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