África se va al cuerno

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Desde principios de julio, la Organización de Naciones Unidas (ONU), venía advirtiendo de que la desnutrición se estaba agravando rápidamente en Somalia y en cuatro países del 'Cuerno de África': Kenia, Etiopía, Uganda y Yibuti. Las cifras no dejan indiferente, en Somalia más de la tercera parte de la población requiere asistencia humanitaria y 2.85 millones de personas se encuentran en crisis. En Etiopía, además de pobreza, los precios de los alimentos se han disparado más del 32 % y en algunos mercados del país se han duplicado desde febrero. Por último, en Kenia, la sequía es uno de los problemas por excelencia: las precipitaciones no han llegado en el norte durante la temporada habitual entre abril y junio, de modo que se prevé que el número de personas afectadas allí suba a 3,5 millones para el mes de agosto.

Ante esta situación, el flujo de refugiados que han huido a causa de la violencia y el conflicto en su país y cruzan las fronteras de Etiopía y Kenia se ha incrementado considerablemente, como por ejemplo muestra el campo de refugiados de Dadaab (noreste de Kenia) que se ha quedado pequeño para el medio millón de somalíes que alberga. Desde que empezó esta nueva crisis, 54.000 somalíes han cruzado a Kenia y en las últimas semanas el ritmo de llegadas se ha acelerado hasta las 1.700 personas al día.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), asegura que la situación de este campo de refugiados es la “peor” emergencia humanitaria a la que se han enfrentado en este año. “La situación es realmente desesperada y lo que he visto me ha dejado impresionado”, ha manifestado el jefe de Salud Pública de ACNUR, Paul Spiegel.

Además, Spiegel declaró que la tasa de muertes por día en el mes de junio se ha situado en 7,4 por cada 10.000 personas, una cifra que multiplica por 15 el índice base considerado normal para el África subsahariana y por 7 el del umbral para declarar una emergencia. La declaración oficial de hambruna en un territorio se realiza cuando la tasa de muertos por día supera la cifra de 2 por cada 10.000 personas y tiene que afectar al 30 % de la población.

Esta situación de sequía, hambruna, violencia y guerras que viven estos países, ha obligado a que la ONU se reuniera de urgencia en Roma con ministros y altos representantes de los 191 países miembros de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), así como de otros organismos de la ONU, organizaciones internacionales y ONGs. La FAO ha solicitado casi 84,5 millones de euros adicionales de los que 70 irán destinados a Somalia y los 50 restantes a Etiopía, Kenia, Yibuti y Uganda.

Para el reparto de la ayuda humanitaria, la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, Josette Sheeran, ha confirmado la puesta en marcha del puente aéreo de ayuda humanitaria compuesta por alimentos que no necesitan ni refrigeración, ni agua para su consumo.

Desgraciadamente, en algunos casos como en Somalia, la ayuda se está retrasando y aun no ha llegado . La primera explicación lo achacaba a “trámites de aduana, aeropuerto y cargamento” y ha provocado que en Mogadiscio se estén produciendo saqueos y enfrentamientos entre los refugiados. El PMA, a día de hoy, justifica el retraso de la ayuda por motivos de “seguridad”, ya que el día de su puesta en marcha, las tropas del Gobierno Federal de Transición de Somalia atacaron las posiciones del grupo islámico radical Al Shabab, vinculado a la red Al Qaeda, en la capital somalí.

Por su parte, el Gobierno de España aprobará contribuciones voluntarias a diversos organismos internacionales y ONG que están haciendo frente a la emergencia en el Cuerno de África por un valor de casi 66 millones de euros, destinados a ayuda humanitaria. Según informa el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación en un comunicado, España destinará 25 millones de euros a la emergencia en esta zona de África. En lo que va de año, ya ha desembolsado 15 millones de euros destinados al Cuerno de África, a través de las agencias humanitarias de Naciones Unidas, fundamentalmente el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y ACNUR, pero también la FAO y UNICEF.

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