Las explotaciones agrícolas riojanas descienden casi a la mitad en una década

Los datos del Censo Agrario confirman la disminución del número de explotaciones de la comunidad autónoma de La Rioja casi a la mitad en una década, al pasar de 19.415 a 10.026, un 48,36 por ciento menos, ha informado la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR) en un comunicado.

La Unión de Uniones, entidad a la que pertenece la UAGR, ha dado a conocer los datos del censo agrario de 2009, el último cuyos datos recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Por lo que se refiere a los datos de explotaciones agrarias en España, éstas se han reducido en un 23,2 por ciento en diez años y su cifra se sitúa en un total de 989.796, según los datos recogidos en el último censo agrario.

La Rioja es la segunda Comunidad Autónoma donde se han registrado mayores incrementos de la superficie agrícola (SAU) media por explotación en todo el Estado con un 32,6% de aumento.

Así las explotaciones riojanas han pasado de tener una superficie media de 17,37 hectáreas a contar con 23,03 hectáreas por explotación, situándose en segundo lugar frente a porcentajes medios estatales de aumento del 18,47%.

Además, según el INE, la Superficie Agrícola Utilizada (SAU) ha disminuido en más de 2,4 millones de hectáreas en el periodo analizado (un -9,2%) de 1999 a 2009, y se ha situado en 23,75 millones de hectáreas.

En las explotaciones ganaderas, La Rioja cuenta con 303 explotaciones de ganado bovino, 313 explotaciones de ovino o caprino, 115 explotaciones de porcino y 214 de ganado avícola.

Por otra parte las Unidades de Trabajo Anuales han pasado en este período de 1999 a 2009, de 13.080 UTA a 9.368, lo que supone una disminución del 28,37 por ciento.

Estos datos, “confirman”, según esta entidad “los efectos de las políticas agrarias que han supuesto más abandono de la actividad agrícola y ganadera, un proceso de especialización productiva y una mayor concentración de la superficie”.

También suponen que “ninguna de las Reformas planteadas de la Política Agraria Común, ni la Agenda 2000, ni la Reforma del 2003, ni el Chequeo Médico del 2007, han contribuido a atenuar los efectos perniciosos reflejados tanto en la pérdida de capacidad productiva, como en el abandono del medio rural”.