El Tour cura sus heridas y Contador apunta a los Pirineos

EFE

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El pelotón del Tour de Francia recibió como una bendición la primera jornada de descanso después de una semana marcada por las caídas, que han dejado múltiples heridos, mientras que los favoritos ya piensan en las etapas de los Pirineos, entre ellos Alberto Contador, quien a pesar de sus molestias en una rodilla cree llegará a la montaña “en las mejores condiciones”.

Ningún corredor de los 180 supervivientes del Tour dejó de comentar los efectos devastadores de la primera semana de carrera. Muchos ciclistas, favoritos incluidos como Wiggins, Brajkovic, Van den Broeck y Vinokurov se fueron a casa, otros siguen en carrera con heridas y dolores que pudieron aliviar en el día de reposo.

El porcentaje de abandonos (9) es el más elevado desde hace cuatro años, pero lejos aún del récord registrado en 2003, con 26. El debate está abierto. “Hay miedo”, admitió el campeón olímpico Samuel Sánchez. Y no fue ajeno a Contador, quien no sabe si el hecho de haberse caído tres veces obedece a que ya se esta “haciendo mayor”, como comentó en su multitudinaria conferencia de prensa de Muriat.

El madrileño tiene una rodilla inflamada, y eso le ha impedido pedalear con normalidad. Nada que le preocupe especialmente y que le impida empezar a hacer cuentas ante el futuro de la carrera, donde los focos le siguen apuntando como favorito número uno.

La general está comandada por Thomas Voeckler (Europcar), gracias a la fuga de Saint Flour, en la que Luis León Sánchez estrenó el casillero español. El murciano le sigue a 1.49 minutos y tercero, y primer favorito es Cadel Evans a 2.26. Con el australiano comienza la clasificación real, e indica que todos los favoritos se encuentran separados en torno al minuto y medio.

Diferencias que no se han labrado en la carretera, en la lucha entre ellos, sino en el infortunio de los accidentes, caprichosos a la hora de elegir a la víctima, y en concreto en la montonera que se formó en la primera etapa a 9 kilómetros del Monte de las Alondras.

Desde aquel día las cosas no han cambiado de forma relevante, si caso algunos segundos en la contrarreloj por equipos y el puñado de segundos que perdió Andy Schleck en el Muro de Bretaña.

Pero el Tour avanza y se aproxima la hora de la verdad. Dos etapas de transición, que no de trámite, pondrá al pelotón en los Pirineos. Máscaras fuera. El jueves empieza la fiesta, el terreno Contador, con una etapa que incluye tres puertos considerables, dos de leyenda, el Tourmalet y Luz Ardiden.

El triple vencedor del Tour tendrá que empezar a limar diferencias, “sin obsesión porque luego quedan los Alpes y la contrarreloj final”, pero asumiendo su papel de hombre a seguir por todos sus rivales. Su táctica será el ataque, sus enemigos están preparando el contragolpe.

Contador carga con la incógnita sobre el nivel de sus contrincantes. No ha sacado conclusiones claras, pero considera que “Evans está muy bien, mejor que nunca”, a Basso le mete en la quiniela y respecto a los hermanos Andy y Frank Schleck, sabe que componen una doble baza de alto voltaje. Y además, dijo sobre los ciclistas del Leopard, “cuentan con un gran equipo”.

Otra duda será si Contador ofrecerá la misma versión del Giro, ofensiva y demoledora. Se encuentra en “muy buenas condiciones”, pero a la hora de recuperar espera no pagar la factura del esfuerzo acumulado en Italia. “Me guiaré por las sensaciones y atacaré en el momento que crea oportuno”, señaló.

El Tour llega vivo a su segunda semana, con todo por decidir y el debate abierto sobre las causas del exceso de caídas y las medidas a tomar para evitar que un coche de carrera vuelva a atropellar a los ciclistas. Bernard Hinault, el ex campeón miembro de la organización hablaba de poner de conductores a ex ciclistas. Una idea, como otra cualquiera. La décima etapa del Tour de Francia se disputa entre Aurillac y Carmaux, con un recorrido de 158 kilómetros, en los que se incluyen cuatro puertos, dos de tercera y otros tantos de cuarta.

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