Violencia en la temporada de marchas protestantes en Belfast
La policía ha aconsejado a todos los periodistas y cámaras que salgan del área “por su propia seguridad”, en una petición inusual, y ha enviado refuerzos a la zona. Al igual que la noche anterior, los agentes han tenido que intervenir con granadas de aturdimiento, y según la prensa local, se han utilizado vehículos con cañones de agua.
La noche de este lunes, medio millar de personas -la mayoría jóvenes enmascarados- protagonizaron una refriega en el área de Short Strand, un enclave de viviendas de familias católicas en el este de Belfast, donde la mayoría de los residentes son protestantes.
Estos altercados se producen al comienzo de la temporada de las tradicionales marchas protestantes, que en el pasado han sido motivo de violentas protestas por parte de la minoría católica. El año pasado, 27 policías sufrieron heridas en una noche de disturbios edan dos barrios de Belfast, aunque solo tres tuvieron que ser hospitalizados. Los incidentes tienen una intensidad variable según los años.
“No puedo recordar una situación como esta en la última década en Short Strand”, declaró Colm McKevitt, miembro del Parlamento regional por el partido nacionalista irlandés SDLP, a la cadena de televisión pública RTE. “Después de algunos años relativamente buenos, no es un buen augurio para la ciudad en el comienzo de la época de marchas”, añadió.
La policía cree que los altercados de la primera noche los iniciaron miembros de la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF, en sus siglas en inglés), uno de los grupos paramilitares probritánicos más violentos. El UVF aseguró hace dos años que había completado el abandono de las armas, junto a otras formaciones de milicianos, tal y como establecía el acuerdo de paz.
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