El crimen organizado en México se cobra 33 vidas

EFE

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Treinta y tres personas, entre ellas dos escoltas del gobernador de Nuevo León, ha muerto entre el miércoles y el jueves en la ciudad mexicana de Monterrey, en una escalada del crimen organizado a la que tampoco escapa la que está considerada la capital industrial del país.

La mayoría de los 33 fallecidos pertenecían al cartel del Golfo y sus antiguos socios Los Zetas, que libran una guerra por el control del territorio para el trasiego de drogas a EE.UU. Sólo cinco de las muertes registradas en la jornada más violenta de Monterrey por acciones del crimen organizado “están relacionadas con la autoridad”; se trata de los dos escoltas del gobernador Rodrigo Medina y tres celadores del penal de Cadereyta.

Domene ha subrayado que el asesinato de los guardias de Medina, cuyos cuerpos fueron mutilados, es una “amenaza contra la autoridad” que busca amedrentar la lucha y la posición del Gobierno de Nuevo León contra los delincuentes. Este jueves la Fiscalía de Nuevo León ha informado que cinco sicarios que asesinaron a los dos escoltas murieron después en un enfrentamiento con el Ejército, en el cual sobrevivió un pistolero, quien confesó los hechos. “Desgraciadamente el Ejército fue agredido por estas personas, lo que desencadenó un enfrentamiento, que dio como resultado la muerte de cinco personas”, en palabras del fiscal Adrián de la Garza.

La zona metropolitana de Monterrey registra desde marzo de 2010 un incremento de la violencia debido a la guerra entre la llamada Nueva Federación, integrada por los carteles del Golfo, Sinaloa y La Familia, y Los Zetas. El estado vivió en mayo el mes más violento de su historia contemporánea, con 241 asesinatos, superando incluso en ese lapso a Chihuahua, el más afectado por los enfrentamientos de los carteles.

“Los datos duros arrojan que la inseguridad en Nuevo León empeora mes a mes”, ha asegurado a Eugenio Clariond Rangel, presidente de la Cámara de la Industria de la Transformación (Caintra). Clariond ha señalado que la nueva policía que impulsa el Gobierno estatal, llamada “Fuerza Civil”, podría representar un avance para atajar la violencia que azota el estado fronterizo con Estados Unidos. La principal medida de la administración de Rodrigo Medina contra la delincuencia organizada ha sido limpiar las corporaciones policiacas estatales y municipales. Por ello, actualmente el estado tiene un déficit de 1.500 agentes que han sido dados de baja por “pérdida de confianza”.

Además, existen 15 municipios que ya no tienen corporaciones policiacas, ya que sus integrantes han renunciado por amenazas del crimen organizado o han sido detenidos por el Ejército por presuntos vínculos con los carteles. Los militares y agentes de la fiscalía del estado detuvieron hoy a 26 policías municipales de Zuazua para investigarlos sobre sus presuntos vínculos con el asesinato de dos escoltas del gobernador.

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