La clase política condena los altercados en Barcelona

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El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha anunciado un día después de los altercados en Barcelona que en las próximas horas se producirán nuevas detenciones de los violentos que llevaron la “kale borroka” a las puertas del Parlament, contra los que espera que los tribunales dicten un “castigo ejemplar”.

En la sesión de control parlamentario al presidente catalán, Mas ha prometido que su Govern será “no beligerante pero sí contundente y tremendamente exigente” contra los “auténticos cafres” que ayer agredieron físicamente a los diputados que intentaban acceder al Parlament para asistir al debate sobre los presupuestos.

Mas ha revelado que “ya desde ayer el Govern se puso en contacto con la Fiscalía”, que tiene “la máxima buena predisposición” para abrir diligencias contra los violentos. “Espero que esto no acabe sólo en el ámbito de la Fiscalía sino que pase a los tribunales y haya un castigo ejemplar para aquella gente que cometió un atentado flagrante contra nuestra democracia y contra nuestro Parlament”.

El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, ha dicho un día después de los altercados en la ciudad condal que las concentraciones frente el Parlament catalán “no tienen nada que ver con el 15-M”, y ha calificado la protesta de, “una mezcla de antisistema y radicalidad antidemocrática muy peligrosa”, con la que no tiene nada en común.

En una entrevista en Radio Nacional de España (RNE) Jáuregui ha subrayado que el 15-M es “la expresión de una queja ciudadana de futuro, una reivindicación de mayor equilibrio social” y una reivindicación de fondo que la izquierda en particular tiene que asumir y canalizar hacia la política.

Jáuregui ha remarcado que ninguna protesta puede justificarse con la violencia,

ha añadido que “toda reivindicación muere por la forma en que se expresa, si esta es violenta”, y ha subrayado que la democracia no es sustituible, ni se puede cuestionar.

Por su parte, el expresidente del Gobierno Felipe González ha asegurado hoy que , aunque se debe prestar atención a algún componente del Movimiento del 15-M “en su origen”, lo ocurrido ayer frente al Parlamento de Cataluña “no es tolerable desde el punto de vista democrático”.

En declaraciones a la cadena Ser, González ha señalado que las imágenes de los “indignados” frente al Parlament le produjeron “tristeza” y ha añadido que si el Movimiento del 15-M hubiera “identificado” dos o tres objetivos “dando un carácter exclusivamente pacífico” a sus movilizaciones se “hubiera excluido la cantidad de disparate que estamos viendo y que preocupa a los que lo pusieron en marcha”.

Tras considerar necesario “analizar las razones de la protesta” y no “simplificar”, González ha arremetido contra los que critican al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, por lo ocurrido ayer en Barcelona cuando no tiene competencias sobre los Mossos de Esquadra.

También ha dado declaraciones, esta vez en televisión, el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, para quien sucesos como los de Barcelona “pueden acabar” con el movimiento del 15-M. Chavés puntualizó, “no los critico, y puedo compartir muchas de sus preocupaciones, pero la gente aún no sabe qué quiere el movimiento”.

Para Chaves, “el peor favor que podemos hacer al movimiento es mitificarlo y justificar acciones que no se pueden justificar”. El vicepresidente tercero define la iniciativa primera de la Puerta del Sol como un “movimiento con gran rebeldía” porque, “la situación es muy difícil para muchos jóvenes que no ven expectativas de trabajo”, pero, advirtió, sin embargo que “el 15-M de Barcelona no se puede compartir, porque quería impedir el funcionamiento normal de una institución democrática”.

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