Los indignados abandonan la Puerta del Sol con un último acto

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“No nos vamos, nos mudamos a tu conciencia”, rezaba una de las últimas pancartas en abandonar la plaza de Sol. En la céntrica plaza madrileña centenares de personas se han puesto manos a la obra para limpiar la plaza y dejarla “más limpia de como la hemos encontrado”, decían. Por ello, han contado con la ayuda del Servicio Especial de Limpieza Urgente del Ayuntamiento de Madrid, además que la colaboración de varios “chatarreros” que han acercado sus camiones al kilómetro cero.

En el último día de la acampada no han faltado ni las asambleas ni los actos reivindicativos. El humor y la autocrítica han alegrado los ánimos de las 500 personas que se han reunido desde las 17 bajo grandes lonas azules que creaban una zona de sombra en la plaza. Tras una pequeña representación en clave irónica del mismo movimiento, tanto jóvenes como personas mayores han pasado a recapitular los logros y los desafíos de este mes de acampada . “Hemos despertado una sociedad dormida” ha dicho un representante de las asambleas de barrios, lugares donde “seguirá el movimiento”, han prometido desde la asamblea.

Mientras comisiones y grupos de trabajo se alternaban al micrófono, más de cien personas se distribuían por la plaza para desmontar las estructuras y limpiar todo el espacio ocupado. Desde el suelo hasta las persianas de las tiendas o el simbólico andamio del que se han visto colgar carteles de todo tipo a lo largo del último mes, se han ocupado de que la plaza retomara su aspecto original. También han construido un “punto informativo” que se quedará a tiempo indeterminado a disposición de los ciudadanos.

Después de las nueve de la tarde la plaza ha vuelto a registrar un lleno total y a la medianoche millares de personas han protagonizado el último y emotivo “grito mudo”, que ha acompañado los toques del reloj de la Puerta del Sol. Y mientras algunos se quedaban en sus tiendas tras decidir permanecer acampados en la centrica plaza “a título personal”, más de tres mil personas han recorrido el centro de Madrid , cortando la calle Gran Vía y el acceso a la Plaza de Cibeles.

La marcha ha acabado frente al Congreso de los diputados, donde en una sentada general los “indignados” han dirigidos sus consignas tanto a los políticos como a los ciudadanos y a las fuerzas de seguridad que acordonaban la zona. El gran despliegue policial no tuvo que intervenir en ningún momento, limitándose a vigilar la zona hasta las tres de la madrugada, cuando los manifestantes han abandonado la zona.

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