Unos riojanos muy ilustres

David García nació en San Asensio en 1936. Comenzó su vida laboral muy joven conduciendo un camión y su carácter emprendedor le llevó a potenciar las pequeñas empresas creadas por su padre en el mundo del transporte, los viveros y la vitivinicultura.

De su mano, y con su empuje, se han consolidado las empresas familiares Transportes David García, Viveros Perica y Bodegas Perica, insignias del Grupo Perica y embajadoras de La Rioja por España y los diferentes países del mundo en los que desarrollan su actividad.

David García, condecorado como Riojano Ilustre, asegura que nunca había “ni siquiera soñado con esta distinción”, y considera que “el haber trabajado como una hormiga toda la vida”, ha sido la clave de su éxito, “pasamos de una empresa con 3 trabajadores a tener ahora más de 400”.

Por ello, 'Perica', que así es como el llaman, afirma que ser Riojano Ilustre “es un honor muy grande que no me esperaba, es que ni lo había llegado a soñar en mi vida”. No sabe muy bien por qué le han concedido la condecoración, “supongo que el trabajo, el no tener fines de semana, ni días libres, el ser como una hormiga, habrá sido el motivo”.

Comenzó plantando viñas en la provincia de Valladolid con 12 años, y cuando volvió de la mili, cogió el camión de su padre y comenzó a seguir sus pasos. De su mano, y con el tesón y el trabajo, ha conseguido consolidar las empresas familiares Transportes David García, Viveros Perica, y Bodegas Perica,que han sabido hacerse un hueco en sus sectores y asentarse en el mercado.

En el mundo del vino, García ha conseguido transformar la incipiente actividad que comenzó su padre en el siglo pasado y ahora exporta sus vinos por distintos países del mundo, aunque él resta importancia a su labor en este sentido, “antes exportábamos poco, pero ahora, que llevan la bodega los hijos, lo han movido más”. Para Perica, “la juventud es la que se mueve y consigue más cosas”.

En este sentido, David García que sus hijos, “han recibido la noticia con muchísima alegría. Están muy orgullosos de mí, y estoy muy contento”.

Hoy en día, el nuevo Riojano Ilustre subrayada que en el mundo del vino, “hay que aguantar mucho”, aunque asegura que “nosotros lo dominamos porque tenemos viñedos propios, muy grandes y hacemos muy buenos vinos”.

Por otro lado, Dionisio Ruiz Ijalba, también condecorado con la máxima distinción que otorga el Gobierno regional, nació en 1931 en Nestares. Comenzó su andadura profesional muy joven como transportista de hormigón.

Gracias a su visión empresarial, montó la primera planta de hormigón en Logroño hace casi 40 años. Después, según sus palabras, “cuando se ganaba un duro se invertía en otra empresa”, y así, poco a poco, fue adentrándose en el mundo de la empresa.

Para Ruiz Ijalba, “lo que falta ahora son empresarios que arriesguen, porque es la única manera de crear empleo”. Cuando se habla de su condición de Riojano Ilustre, asegura que “al principio no le di demasiada importancia, no sabía qué había hecho para merecerlo, pero de pronto me empezó a llamar muchísima gente y pensé que algo habría hecho bien”.

Sus hijos, mujer y demás familia están muy orgullosos de él, y afirma que “es un reconocimiento muy importante, y un recuerdo muy bonito para todos”. Además, apunta que cuando comenzó a trabajar lo hizo con mucha ilusión, “pero nunca imaginé que llegaría hasta donde estoy ahora”.

Para ser empresario, el recién Riojano Ilustre subraya que “no hay que tirar nunca la toalla, se pasan muchos malos momentos, pero también hay otros muy buenos, sino sería imposible continuar”. Además, añade que “hay que hacer las cosas bien, aunque a veces no te salgan como quieres”.

En cuanto a su bodega, muy prestigiosa en la zona, Ruiz Ijalba comenta que “me animaron mucho mis hijos a comenzar este proyecto, fuimos construyéndola poco a poco, y aquí estamos”. En este sentido, el dueño de Viña Ijalba considera que el mundo del vino en la actualidad, “tiene mucho futuro, si se hacen las cosas con mucho cariño y con buena materia prima”.

Ambos empresarios, hechos a sí mismos han sido condecorados como Riojanos Ilustres, porque, según el Ejecutivo regional, “a lo largo de su vida estos dos hombres, desde la sencillez, han sido capaces de hacer grandes obras y, con ello, de construir Rioja y ”hacer bandera de nuestra tierra“.