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Millones de personas sufren por falta de cuidados paliativos

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La organización de defensa de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) ha denunciado ayer el fracaso de muchos gobiernos en ofrecer cuidados paliativos a sus ciudadanos para combatir el dolor en enfermedades importantes, como el cáncer y el sida, entre otras. Según el informe elaborado por la organización, que a analiza el problema en 192 países, “decenas de millones de personas se enfrentan a una muerte en agonía debido al abandono en cuidados paliativos”.

El estudio apunta a los gobiernos como culpables del “dolor innecesario” de los que padecen estas enfermedades importantes. “A nivel mundial las necesidades son enormes, pero hay gobiernos que simplemente las ignoran”, dijo la especialista de salud de HRW, Laura Thomas, que subrayó que “no hay excusas para el sufrimiento por dolores severos cuando hay medicación barata que puede ayudar”.

Y si en los países más desarrollados este tipo de cuidados está a la alza entre las personas mayores y los pacientes de cáncer, en los países con ingresos “bajos y medianos” el 60 por ciento de los fallecidos, alrededor de 33 millones de personas, habría necesitado esa atención médica.

HRW señala que la disponibilidad de fármacos potentes contra el dolor es muy limitada en la mayor parte de los países más poblados, y al menos 100.000 personas fallecen cada año por cáncer o VIH/sida sin tratamiento adecuado en ese sentido en China, India, Indonesia, Nigeria, Rusia y Sudáfrica. También revela que en la mayoría de esos países el personal sanitario no está preparado para proporcionar ese cuidado y en 33 de ellos sus gobiernos imponen restricciones que van más allá de las convenciones de la ONU sobre fármacos a la hora de prescribir tratamientos con morfina.

La organización destaca, no obstante, los exitosos programas globales de acceso a cuidados paliativos realizados por Colombia, Jordania, Rumanía, Uganda y Vietnam. “Colombia, Uganda y otros países han trabajado mucho para proporcionar ese tipo de cuidados, lo que muestra a los demás que también pueden hacer progresos. El ingrediente clave es la voluntad política para ofrecer esos servicios sanitarios y aliviar el dolor de quienes sufren”, dijo Thomas.

Respecto a la situación de América, HRW indica que en este continente mueren cada año unos 100.000 pacientes por cáncer terminal y VIH/sida sin acceso a esos cuidados, pero considera que “la cifra real es probablemente mucho más alta”. En aproximadamente la mitad de los países de Centroamérica y Caribe la medicación con opiáceos es escasa y “si acaso, se utiliza para tratar a pacientes terminales de cáncer y sida con dolores”.

HRW agrega que entre 2006 y 2008, de Bolivia, Antigua y Barbuda, y Honduras no hubo información de consumo de medicamentos opiáceos para esos cuidados y que en Haití solo lo recibieron menos del uno por ciento de los pacientes terminales por esas enfermedades.

En Suramérica, dice HRW, los niveles de consumo de esos medicamentos “son significativamente más altos que en los países centroamericanos y caribeños, pero todavía lejos de Norteamérica y Europa occidental”. La organización señala que varios países suramericanos, como Bolivia, Ecuador, Perú y Surinam, están en niveles inferiores a los de sus vecinos y en ellos las medicaciones con opiáceos se aplican sólo a los enfermos con dolores crónicos, por lo que calcula que menos del 40 % de tales pacientes son tratados adecuadamente.

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