Bruselas da luz verde al rescate portugués

Bruselas analiza a lo largo del día la situación financiera de Grecia para estudiar posibles nuevas ayudas económicas. Sobre esta cuestión deberían haber discutido la canciller Ángela Merkel y el presidente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, detenido por su supuesto escándalo sexual. Sin embargo, su ausencia no va a paralizar los planes que Bruselas tenía para este lunes marcados en su agenda, toda vez que la dirección del Fondo Monetario Internacional sigue su curso con la presencia de la directora gerente adjunta, Nemat Shafik, que irá en lugar de su vicepresidente, el estadounidense John Lipsky. Con ella se discutirá sobre la cuestión helena y el rescate portugués.

Es el tema central de la reunión en la Eurozona: dar luz verde al total de la cuantía económica para el rescate financiero luso, cifrado en 78,000 millones de euros. En segundo orden habrá que esperar al término del encuentro para conocer el diagnóstico de la maltrecha economía griega que sigue atascada en un agujero financiero a pesar de los 110.000 millones de euros aportados conjuntamente por los países de la zona euro y el FMI el año pasado.

Dede la UE, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha instado a Alemania a despojarse de remilgos y ofrecer sin fisuras su apoyo al rescate portugués en las cifras acordadas hace unas semanas, subrayando que “ayudando a Portugal con condiciones estrictas pero realistas, protegemos también la recuperación económica de Alemania y los ahorros de los ciudadanos alemanes”. Además, toda vez que Auténticos Finlandeses se han retirado de las negociaciones para la formación de un gobierno estable de derechas en Finlandia, el camino debería allanarse ya sin las condiciones de la ultraderecha nórdica. Si el plan queda trazado esta tarde, como todo parece indicar, el martes los titulares de Economía y Finanzas europeos podrán rubricarlo y ponerlo en marcha.

No obstante, Bruselas toma nota de las condiciones, a modo de “sugerencias”, que imponía Finlandia. Otro asunto es la nueva petición de ayuda griega, que no entraba en los planes de la Unión Europea y que se ha topado con la oposición de algunos países, que han expresado su rechazo a aportar más dinero. Según las previsiones que manejaba la Comisión Europea el pasado viernes, el déficit público griego se situará en el 9,5 % en 2011, por encima del 7,6 % pactado; mientras que la deuda engordará hasta alcanzar el 157,7 % del PIB en 2011 y el 166,1 % en 2012.

Irlanda, por otro lado, ha pedido que se reduzca el interés que pagará por su ayuda para refinanciar la deuda, extremo al que se opone Francia con lo que parece innegociable justo cuando se dará también el visto bueno a su nuevo tramo de ayuda que verá la luz esta semana. Otra cuestión menor será el nombramiento del actual gobernador del Banco de Italia, Mario Drahgi, como presidente del Banco Central Europeo (BCE).