El Almería dice adiós a Primera

El Almería ha confirmado este sábado tras su derrota (2-0) ante el Getafe su descenso matemático a la Liga Adelante, con el que el club rojiblanco pone fin a su primera experiencia en la elite del fútbol español, que ha durado cuatro temporadas.

Como se recordará, los almerienses alcanzaron, por primera vez en su historia, la máxima categoría del balompié nacional en mayo de 2007 con el hoy entrenador del Valencia, Unai Emery, al frente del banquillo andaluz.

Su estreno en Primera estuvo mucho más allá de lo esperado, ya que el Almería concluyó la temporada 07-08 en octava posición consiguiendo, de paso, la segunda mejor clasificación de la historia de la Liga BBVA de un equipo recién ascendido. Tras la marcha del vasco el banquillo almeriense ha vivido un continuo baile de técnico, al compás de los malos resultados del equipo. Así, Hugo Sánchez no pudo cuajar, pese a la undécima plaza alcanzada en 2008/09.

El sustituto del mexicano fue Juanma Lillo, con el que el Almería salvó la categoría al año siguiente. Sin embargo, el guipuzcoano sería el primero de los tres entrenadores que comandó al equipo en la actual temporada, hasta su cese en la jornada 12 después del 0-8 ante el Barcelona, que dejaba al Almería penúltimo, con 9 puntos.

Tampoco tendría mejor suerte su sucesor, José Luis Oltra, que sólo aguantó 18 partidos en los que sumó 17 puntos, a 4 de la salvación y hundido en la cola de la tabla. Por último, y cuando la situación pintaba ya con un tono claramente desesperado, el club echó mano de un viejo conocido, Roberto Olabe, que únicamente ha podido confirmar el regreso a la 'categoría de plata'.

Y es que la temporada ha estado marcada desde el comienzo por la certeza de que, esta vez, la pelea por seguir entre los mejores sería muy complicada. La marcha, hace dos años, de Álvaro Negredo, dejó un hueco que ni siquiera han podido llenar jugadores de la categoría de Uche o Piatti, que brilló con luz propia en el 1-3 al Sevilla y que ya suena como futurible para el Betis. Precisamente ese triunfo en el Sánchez Pizjuán y la llegada a las semifinales de la Copa del Rey, por primera vez en la historia del club, donde sería superado por el Barcelona, son los únicos momentos destacables de una temporada que abre un nuevo periodo en el devenir del Almería, con la meta de un nuevo ascenso como objetivo prioritario.