La situación humanitaria en Costa de Marfil sigue siendo alarmante

Rioja2

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La situación humanitaria en Costa de Marfil sigue siendo muy precaria para decenas de miles de personas a pesar de las mejoras en las condiciones de seguridad del país. A medida que el personal del ACNUR vuelve a tener acceso a los desplazados, identifica las necesidades más urgentes.

En Abidján y sus alrededores, el ACNUR ha recuperado el acceso a las personas desplazadas internamente a quienes estaba asistiendo antes de tener que suspender las operaciones por causa de los combates. El número de los desplazados internos que se habían registrado con anterioridad en 31 asentamientos se ha reducido de los 35.000 de finales de marzo a los 14.000 de la semana pasada. Las condiciones de vida son extremadamente precarias ya que estas personas han pasado semanas sin la alimentación adecuada. En un asentamiento en Abobo Avocatier, un sacerdote nos dijo que cuatro de los desplazados internos habían muerto de estrés. Uno era un chico de 14 años.

En el oeste de Costa de Marfil, el personal del ACNUR ha tenido acceso a miles de personas que huyeron de sus casas entre finales de marzo y principios de abril. Los funcionarios visitaron a los desplazados internos en 15 lugares diferentes y constataron que prácticamente todos estaban viviendo junto con familias de acogida que se estaban quedando sin recursos, viviendo con una sola comida por día.

La mayoría de estas personas dijeron al ACNUR que quieren regresar a sus lugares de origen tan pronto como sea posible. Sin embargo, en muchos casos las casas y los pueblos quedaron destruidos parcial o totalmente y la gente está traumatizada. En algunas áreas urbanas los residentes se esconden durante la noche.

En Duékoué, las condiciones humanitarias están mejorando lentamente con el regreso de las agencias humanitarias. Sin embargo, continúa la situación de hacinamiento en la propiedad de la iglesia católica, que alberga a cerca de 27.000 desplazados internos. El ACNUR ha retomado las obras para la construcción de un campamento en el pueblo de Nihably, que se espera terminen dentro de dos semanas, para descongestionar la iglesia. El campamento debería alojar a un grupo de 8.000 personas que no pueden regresar a sus lugares de origen y, si necesario, será ampliado para acoger a otras 7.000 personas.

650 familias de desplazados internos actualmente alojadas en la iglesia católica se han inscrito para el retorno inmediato a sus casas en la ciudad y sus alrededores. Cerca de la mitad es de Duékoué y los otros proceden de los pueblos ubicados a lo largo de la carretera para Bangolo, que se encuentra a 37 km de distancia. Mientras algunas familias han logrado retornar a sus lugares de origen por su cuenta, otras están esperando que sus casas sean reconstruidas y la seguridad restablecida.

30 funcionarios del ACNUR están trabajando en el oeste de Costa de Marfil para ayudar a los desplazados internos. Unas 43.000 personas ya han recibido asistencia, con la entrega de materiales de cobijo y artículos domésticos. La semana pasada han llegado al país 32 camiones con artículos para distribuir ayuda a 25.000 desplazados más en la región.

El ACNUR acoge con satisfacción por la mejora de las condiciones de seguridad en Costa de Marfil, gracias a la cual el personal de la agencia puede circular libremente y llegar a los desplazados. Sin embargo, expresa preocupación por el gran número de retenes de control con personas armadas. En la carretera de Abiyán a Man, por ejemplo, se contaron 28 puestos de control durante una evaluación de la situación de seguridad, realizada hace una semana. El ACNUR insta al nuevo gobierno de Costa de Marfil a reducir estos retenes, ya que intimidan a las personas que pretenden retornar a sus lugares de origen. También pide al gobierno que tranquilice a la población civil acelerando los esfuerzos para restablecer la presencia de las autoridades locales.

Todavía hay unos 200.000 desplazados internos en el oeste de Costa de Marfil. Otro 177.500 marfileños están registrados como refugiados en 13 países de África occidental, 160.000 de los cuales se encuentran en Liberia, donde continúan llegando a un ritmo de 250 por día. También en Ghana y Togo el número de llegadas ha venido aumentando desde la captura del ex presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, el pasado 11 de abril. Muchos de los recién llegados son jóvenes partidarios de Gbagbo, que afirman haber huido por temor a represalias.

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