HRW pide una revisión parlamentaria de la nueva Constitución húngara

Europa Press

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La nueva Constitución de Hungría contiene artículos que podrían derivar en actos de discriminación, según ha alertado este martes la ONG Human Rights Watch (HRW), que pide al presidente, Pál Schmitt, que envíe el texto constitucional de vuelta al Parlamento para someterlo a revisión.

La Carta Magna fue aprobada por la cámara el pasado 18 de abril, con 262 votos a favor, 44 en contra y una abstención. HRW concreta que los artículos polémicos podrían perjudicar a mujeres, homosexuales, bisexuales y transexuales, así como a personas con discapacidad.

“Los miembros del gobernante Fidesz (Unión Cívica de Hungría) en el Parlamento impulsaron una Constitución que sitúa a Hungría en desacuerdo con su obligación de mantener y respetar los Derechos Humanos”, sostiene Amanda McRae, de HRW para el oeste de los Balcanes. A su entender, el presidente debe ahora hacer uso de su autoridad para “arreglar este documento fundamental antes de que se convierta en ley y consagre la discriminación”.

El 15 de abril esta organización con sede central en Nueva York envió una carta al primer ministro, Viktor Orbán, para expresarle sus preocupaciones. Concretamente, en uno de los apartados se establecen restricciones sobre el derecho a votar de la gente con “capacidades mentales limitadas”.

Dicha medida podría incluir a mucha gente con discapacidad mental, lo cual violaría los principios firmados por Hungría al entrar en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidades.

Otra disposición se refiere al derecho a la vida desde el momento de la concepción, lo que podría llevar a una derogación de la actual legislación sobre el aborto y a un consiguiente recorte de los derechos de las mujeres.

HRW también critica que el texto establece que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer y limita la protección estatal a las familias basadas en este principio. En este sentido, la ONG recuerda que Hungría ha firmado la Convención Europea sobre Derechos Humanos y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

En otro punto, el grupo recuerda que la sociedad civil y los grupos de la oposición han quedado ampliamente excluidos del proceso de reforma constitucional. Numerosos colectivos, tanto dentro como fuera del país, pidieron cambios esenciales y más tiempo para debatir una revisión. A pesar de ello, un mes después el borrador del Gobierno recibió el visto bueno del Parlamento sin apenas cambios. “Esto despierta graves cuestiones sobre la legitimidad del documento”, afirma McRae.

El presidente Schmitt tiene previsto proceder a la ratificación el 25 de abril. HRW se aferra al artículo 26 de la actual Constitución, que permite al presidente devolver al Parlamento las leyes o preceptos con los que no está de acuerdo.

En los últimos meses, Hungría se ha situado en el punto de mira de activistas pro Derechos Humanos de todo el mundo. Sucedió con las agresiones a la comunidad gitana y las timoratas críticas por parte del Gobierno, con la nueva ley sobre medios de comunicación y con el tratamiento a los solicitantes de asilo y otros inmigrantes, entre otras polémicas.

“La nueva Constitución añadirá la discriminación aprobada por el Estado contra las mujeres, las personas LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) y las personas con discapacidades, a la lista de las preocupaciones por los Derechos Humanos”, adelanta McRae, citada en un comunicado de su organización.

Por su parte, el Fidesz insiste en que la Constitución planteada es necesaria para dar por concluida la transición del comunismo a la democracia. El texto ahora en vigor data de 1949, pero en 1989 sufrió una trascendental enmienda en reacción a la caída del “Telón de Acero”.

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