Nuevos vecinos en la Laurel

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En la calle Laurel de Logroño existen 55 bares y 15 restaurantes. Algunos llevan ya tantos años que forman parte de la historia y la tradición de una ciudad que ha hecho de los ‘pinchos’ una institución social. La hostelería de la calle Laurel es especial y no se parece a ninguna de la que exista en Logroño o en otra ciudad o municipio de La Rioja. Entrar en este ‘club selecto’ no parece fácil pero hay algunos que se atreven y son doblemente valientes porque para abrir un negocio en estos tiempos de enfermedad económica hace falta valor. Además: regentar un bar en la Laurel no es sinónimo de éxito.

Pero esto no asusta a Laura y Víctor Riera y a Santiago González, los propietarios del nuevo bar La Fontana, un nuevo local de hostelería que abrió sus puertas el pasado 5 de abril. El nombre del bar lo eligieron haciendo honor a otro local que regentaba el padre de Laura y Víctor allá por los años 80 y 90. “Al cerrar este bar, nosotros nos decantamos por los negocios de copas y de ocio” asegura Laura, “pero nos apetecía abrir un bar en la Laurel por los buenos recuerdos que nos traía”.

Y así lo hicieron. Y eligieron hacer algo diferente, apostando por una decoración moderna, alejada de la tradicional ‘tasca’ de techos con vigas de madera y carta tradicional de pinchos. “Nuestra especialidad es la sepia ‘fontana’, la rosca de jamón ibérico y la cococha al pipil”.

Además, la Fontana cuenta con una zona de ‘picoteo’ para degustar una carta de ibéricos sentados y cómodos. Una novedad con respecto a la ‘tradicional’ forma de comer pinchos.

Trabajan cinco personas en La Fontana y desde que abrieron hace escasas semanas, el recibimiento ha sido muy bueno, según nos cuenta Laura, “la gente se ha llevado muy buena impresión”. El trato con el resto de “vecinos” o colegas de oficio también ha sido bueno. “Aquí todos nos conocemos y recibimiento ha estado bien”. ¿Valientes?. Laura lo tiene claro, en época de crisis es cuando los profesionales de verdad salen adelante.

D.O LAUREL: VINO Y TORTILLAS EVOLUCIONADAS

Otra forma de hacer pinchos y de entender la gastronomía de la Laurel. Esa podría ser la definición de D.O Laurel, el nuevo bar de esta famosa calle. Sus propietarios, José Reguero, Guru y Chema de Miguel Collado nos explican que desde el principio tuvieron claro que querían abrir un local de hostelería nada más enterarse que había una promotora –José Martín- interesada en reformar el antiguo edifico del número 5 de la calle Laurel. De eso hace ya cuatro años y en ese tiempo que han tenido que esperar les ha dado tiempo para idear cómo iba a ser el nuevo local.

Vieron un vinoteca integrada en la pared de la barra de un bar de Gijón y se quedaron con la idea. El local, que abrió el pasado 14 de febrero, es uno de los más amplios de toda la calle, cuenta con una importante vinoteca y con un comedor en la parte de abajo, aunque una normativa municipal les obliga a tenerlo únicamente de almacén. El color negro predomina en la barra, el suelo y las paredes, lo que, junto con unas lámparas de color ámbar, le da un toque alternativo y moderno.

Lo es, además, por sus especialidades que, según José, está causando sensación entre el público de La Laurel: las tortillas evolucionadas servidas en pequeños vasitos que han revolucionado la forma de ir a tomar un pincho en la Laurel. Aunque en la carta también hay solomillo a la brasa, porque la carne, según José, está muy presente en este local.

Reconoce que es caro abrir un local en esta calle, pero que vale la pena porque la buena acogida por parte del público compensa los desvelos. “La gente viene sobre todo por las tortillas evolucionadas, hay a quién les gustan mucho y a los que no les gusta nada, de nada”.

“NO SON COMPETENCIA, LOS NECESITAMOS”.

Blanca Fernández, presidenta de la Asociación de Hosteleros de la calle Laurel, asegura sentirse muy satisfecha con que se vayan sumando nuevos colegas con nuevos negocios a la Laurel.

“Para nosotros no es una competencia, son compañeros, necesitamos que se abran locales para hacer de esta calle, una zona gastronómica” asegura Blanca, “para que seamos una referencia en el turismo riojano”.

La presidente de los hosteleros de la calle Laurel apunta a que la incorporación de nuevo socios “profesionales, trabajadores” y que hagan las cosas bien es necesario. Y es el caso, estos dos nuevos establecimientos incorporan modernidad e innovación a una calle que está “aguantando” la crisis como mejor puede.

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