Escopetas, una olla de 70 litros y 4.000 euros en el caserío de Legorreta

Tras varias horas de minuciosa investigación y de registro palmo a palmo del caserío de Legorreta, los agentes de la Guardia Civil han hallado en los 800 metros cuadrados de edificio: una olla de 70 litros y 4.000 euros, teléfonos móviles y 400 piezas metálicas para la elaboración de detonadores eléctricos, además de cerca de una veintena de cajas con munición.

Queda probada, por tanto, no solo la relación de los hermanos Esnaola con la banda terrorista ETA sino que servían de puente directo para el abastecimiento logístico de los etarras. El caserío, propiedad familiar, era usado a modo de centro de operaciones para abastecer a los terroristas. En este sentido, la Guardia Civil no descarta encontrar más material en los aledaños a la casa.

Por último, los agentes investigan también el combustible que fue hallado en la jornada del martes y que aún no han determinado si se trata de nitrometano o gasolina. Esta cantidad se hallaba en tres bidones distintos. La olla de 70 litros podría haber servido como recipiente de mezclas o bien para la fabricación de un gran explosivo.

El comando Erreka queda, por tanto, descabezado y con él todo un arsenal terrorista destinado a posibles atentado. Cabe destacar que los casi mil kilos de explosivos se suman a la lista de hallazgos de grandes arsenales como el de incipios de 2010 de la base etarra en Óbidos (Portugal), donde guardaban 1.500 kilos.