El Haro Rioja Voley dice adiós a la temporada

Adiós a otra temporada de ensueño. El Haro Rioja Voley se despidió de la lucha por la Superliga después de caer en un partido de infarto con Universidad de Burgos por 1-3. De locos, jugado de tú a tú y con la grada, animada por unos y otros, como uno de los grandes protagonistas de una tarde noche emotiva hasta decir basta.

Igualadísimo hasta el final, el choque podría haberse decantado perfectamente en un ‘tie-break’ que nunca llegó y que Haro estuvo a punto de forzar. Pero Burgos siempre defendió a muerte, cada pelota, cada ataque de las azules. Marta Sánchez se convirtió en la jugadora de las azules a la que agarrarse y en la máxima anotadora del partido con 19 puntos. Puntos que no sirvieron para alcanzar el sueño de las semifinales, y Burgos venció por primera vez en la Superliga en El Ferial.

Los errores de unas y de otras fueron los protagonistas de un primer set que cayó del lado burgalés gracias a que las de José Miguel Pérez cometieron menos fallos. Igualó las cosas el Haro en el segundo. Regresó la fortaleza de las azules y el choque se convirtió en un sinvivir. Eléctrico. De infarto. Tan pronto se escapaba Burgos por los remates de Sara González, Haro volvía a acercarse en el electrónico. La locura. Y la marea azul, como en toda la temporada, estuvo del lado de las azules en todo momento. Como lo estuvo el centenar de aficionados burgaleses que gritaron a destajo, tropa de bombos incluida. Haro resistió, aguantó lo que pudo. Pero en los momentos clave, apareció el saber hacer de Burgos y el partido se decidió en un agónico cuarto set que terminó 23-25 después de un punto de Regina Miloserdova.

El adiós de Perales

El gran partido de esta noche también sirvió de emotiva despedida para Xavier Perales. Lágrimas no faltaron entre las jugadoras y el cuerpo técnico. Era un secreto a voces. El técnico argentino entrenará a la selección femenina de Costa Rica. Sólo faltan los últimos flecos, pero la negociación está casi cerrada. Perales quiso agradecer a la afición y al club la dedicación de todos estos pasados años. El argentino se marcha con la pena de no haber conseguido un título como primer entrenador, pero con la tranquilidad de dejar al Haro asentado en la máxima competición del voleibol español.