El Ayuntamiento de Logroño frente al proyecto urbanístico de Sanz disfrazado de Ecociudad

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Si nos remontamos a los hechos, el concejal Ijalba recibe una primera propuesta de Ecociudad nada más tomar posesión de su cargo en junio de 2007. Se lo pone sobre la mesa José Musitu, la persona que le precedía al frente de Desarrollo Urbano en Logroño cuando gobernaba el Partido Popular. Éste ocupó el cargo los dos últimos años de la legislatura, 2007- 2009.

A su vez Musitu, cuando se desvinculó del ayuntamiento de Logroño, fue contratado por Luis Martínez Benito. Éste previamente había adquirido la mayor parte de los terrenos del Monte Corvo y a renglón seguido contrató a Musitu en la empresa propietaria de las tierras compradas.

Tres meses más tarde, al final del verano, aparece la figura de Pedro Sanz, presidente del Gobierno de La Rioja, que plantea a Ijalba la idea de construir una Ecociudad en Logroño. El ayuntamiento escuchó la propuesta de la consejería que encabeza la vicepresidenta Aranzazu Vallejo. Se le ofrecieron al Gobierno regional terrenos aptos en la ciudad de Logroño (hasta tres ubicaciones distintas) donde poder desarrollar el proyecto que tenían in mente. Pero los populares se empecinaron desde septiembre de 2007 en el Monte Corvo, un lugar pedregoso, inaccesible y que iba a requerir de una fortísima inversión en infraestructuras, tales como accesos desde la otra parte del río o líneas de transportes de las cuales el equipo de Sanz no se pensaba hacer cargo una vez terminada la Ecociudad. Es una de las principales denuncias de Ijalba, quien considera por ejemplo, que obligaría al ayuntamiento logroñés a encarecer algunos servicios sin saber siquiera si se iba a habitar tanta vivienda.

Y es que desde la concejalía de Desarrollo Urbano ve en la Ecociudad un proyecto meramente urbanístico, que planea edificarse en una de las faldas del Monte Corvo, orientada hacia Logroño. Un total de 3,000 viviendas cuando en la ciudad ya hay suficiente stock, algo que supondría saturar el mercado inmobiliario y dar por muerta un área que necesita una fuerte inversión para su rehabilitación. De hecho, ciudadanos preguntados por Rioja 2 rechazan frontalmente el proyecto de Sanz porque opinan que sólo quieren construirse viviendas y más viviendas. En el mejor de los casos, los encuestados desconocen qué es una Ecociudad y en qué consiste un proyecto que lleva sobre la mesa, y en los tribunales riojanos, cuatro años.

El periódico Rioja 2 ha intentado conocer de primera mano esta propuesta del Gobierno regional, pero desde el departamento encabezado por Aranzazu Vallejo se han negado a explicar y a hacer declaraciones sobre cualquier asunto relacionado con la Ecociudad. Por tanto, sólo disponemos de datos básicos de un proyecto, que fue presentado en mayo de 2010 en una exposición de arquitectura sostenible en Madrid. Allí acudió la Consejería a defender esta propuesta diseñada por el estudio de arquitectura holandés, MVRDV, de Jacob Van Rijs.

El artífice de la Ecociudad la planteaba como un “parque habitable”: del total de sus casi 60 hectáreas se destinarían “6,05” a viviendas. En el resto se levantaría un parque energético, que constaría de “parques eólicos y un parque solar” para abastecer de energía las viviendas.

Para que este proyecto sea viable es necesario un estudio previo que le dé luz verde. Hasta qué punto, por ejemplo, es posible levantar un parque eólico para abastecer de energía a 3.000 viviendas proyectadas y si generaría la suficiente para sus habitantes. Es una de las preguntas que se hacen desde la concejalía de Desarrollo Urbano. El ayuntamiento de Logroño ve tras la maqueta de este proyecto una cortina de humo para explotar urbanísticamente el Monte Corvo, porque incluso los informes encargados por el propio Gobierno de Pedro Sanz han demostrado que no es viable edificar. Existe la posibilidad de desprendimientos, que pondrían en riesgo el medio natural y la propia seguridad ciudadana.

Planea por tanto la sombra de la recalificación urbanística a través de la cual la Consejería de Medio Ambiente y Política Territorial ha conseguido que estos terrenos pasen a comprarse (por la empresa Luís Martínez Benito) de tres euros el metro cuadrado a adquirir el valor de 350 euros el metro cuadrado para vivienda de protección oficial (1.000 euros si es libre), de la que se haría cargo el Instituto Riojano de la Vivienda.

La Ecociudad se ha encontrado con la oposición del ayuntamiento de Logroño, que en su día ya presentó las alegaciones pertinentes que fueron estudiadas y rechazadas. Y frente a lo que califican de “pelotazo urbanístico”, Ijalba presenta un proyecto muy distinto para el Monte Corvo. En primer lugar, la rehabilitación como zona verde y su regeneración, ya que actualmente es un alto escarpado y sin apenas vegetación.

Las miras de la Concejalía de Desarrollo Urbano están puestas en un proyecto que atraiga y promocione el turismo integrado en una inmensa zona verde que alcance hasta Monte Cantabria. Caminos rurales que recorran Monte Corvo para el uso y disfrute de ciudadanos y turistas. Un concepto atractivo de bodegas y viñedos junto a la capital para promocionar uno de los máximos exponentes de La Rioja: el vino, integrado en un proyecto ecológico. Ésta es la idea que defienden en el ayuntamiento y que contribuiría a dar el salto a la otra parte del Ebro, de una manera sostenible y fundamentada.

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