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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Los Verdes ganan su primer Estado alemán

Rioja2

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Las encuestas lo vaticinaban y así ha sido. Es la primera vez en la historia alemana que los Verdes alcanzan el poder en un estado federado. Pero esta victoria tienen un sabor especial, porque la CDU de Merkel siempre había gobernado en Baden-Württemberg desde el final de la II Guerra Mundial. Por eso la madrugada del domingo era una fiesta rojiverde en su capital, Stuttgart.

Tras casi 60 años de dominio democristiano (y liberal) ininterrumpido, el efecto “Fukushima” ha supuesto el espaldarazo final al cambio, que constataron ayer los alemanes. Los Verdes, quedaron algo por encima que los socialistas, con un 24,2% los primeros frente a un 23,1% los segundos. Un avance de doce puntos respecto a los anteriores comicios. Si bien la CDU de Angela Merkel cayó un 5,2% hasta el 39% de los votos, mientras que los liberales se quedaron en torno a un 5% en este, el más, próspero land de Alemania.

La noche del domingo todo fueron vítores y aplausos para el flamante ganador de la noche, el dirigente ver Winfried Krestchmann, que tendrá el honor de gobernar en un Land en el que se puede hablar de pleno empleo técnico y que decidirá sobre el futuro de sus cuatro centrales nucleares, amén de poner en serios aprietos a la coalición entre democristianos y liberales de Berlín, que ha quedado seriamente dañada cuando aún restan dos años de legislatura. Merkel, por tanto, lo tendrá muy difícil para terminar su programa de Gobierno tras perder esta región clave.

La canciller alemana ha perdido y lo veía venir dados los bandazos que había experimentado en las últimas semanas tras la catástrofe japonesa cuando de repente anunció un giro en su política nuclear. Pocos la creyeron y muchos pensaron que se trataba de una táctica electoral (sobre todo por la encendida campaña que encabezó el pasado otoño para terminar prorrogando la vida de las centrales más viejas de Alemania), que ha tenido unas consecuencias nefastas para la derechas alemana en este land, cuyo parlamento regional da un cambio radical hacia una política verde, que hace unos días en el término de la campaña electoral en Mannheim Merkel había tildado de “experimento”.

Las sorpresas de Merkel prometen seguir pasando factura a la canciller, pues su giro repentino antinuclear no ha sido la única decisión que los alemanes (contrarios a la uso de la energía atómica) no han entendido. La abstención de Berlín respecto a la participación en la Alianza Internacional que opera en Libia podría darle nuevos disgustos electorales.

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