La OTAN toma las riendas de la exclusión aérea libia

Parece que una semana después (el sábado 19 de marzo se determinó) de aprobarse la zona de exclusión aérea sobre Libia, los aliados se ponen de acuerdo definitivamente y las piezas comienzan a encajar en el tablero de la coalición internacional.

Hasta ayer no fue posible ese consenso casi total. Y es casi porque hasta la semana que viene quedarán algunos flecos sueltos que se terminarán de perfilar en la reunión que las capitales implicadas tendrán previsiblemente en Londres. Por de pronto, Francia y Turquía cedieron (aunque con condiciones) a que sea la OTAN quien dirija la operación militar en cuanto se refiere a la zona de exclusión aérea, es decir, el mando de las actividades militares ya ha sido cedido y no está en manos de EEUU, como Obama se aventuró a anticipar esta misma semana en su gira latinoamericana.

Ahora bien, el Elíseo ha cedido a estas presiones de Washington dejando claro que la coordinación de toda la operación en conjunto sobre tierra libia deberá contar con el consenso de un grupo más amplio, es decir, los veintiocho países que han tomado cartas en el asunto tras la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. De esta manera, Sarkozy se reserva un papel preponderante en esta operación aliada.

De igual manera Turquía mostraba sus temores al uso de civiles como escudos humanos para la defensa de las áreas estratégicas, como de hecho parece que así ha podido ser en los ataques de la madrugada del lunes al complejo presidencial de Muama Gadafi a las afueras de Trípoli. Incluso algunas fuentes aliadas llegaron a asegurar en el transcurso de las operaciones de esta semana que Turquía condicionaría su apoyo a la coalición si era la OTAN la que asumía el mando en los combates en tierra, algo que finalmente no va a ser así.

Y, por último, Alemania no sale de su “escepticismo” y Merkel continúa ajena a la operación internacional. Da la espalda a la OTAN y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Considerado un desaire por los alemanes, Berlín ha optado por el silencio y por el canjeo de soldados enviados a Afganistán, una solución muy criticada por ambas cámaras alemanas. La principal traba alemana son sus dudas en cuanto a la eficacia del establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia. Tanto ha sido así que Alemania ha retirado sus buques del Mediterráneo.