La Bolsa de Tokio se desploma

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Tokio dudó hasta el último momento si abrir o no sesión en el comienzo de una semana que se avecina negra, tanto o más que el término de la anterior cuando el terremoto no sólo azotó el país sino que sembró de dudas la maltrecha y siempre duda economía niipona.

Finalmente, ésta, la de Tokio, una de las plazas más importantes del mundo, abrió el lunes (ya acabado allí) con la intención de mantener a flote el yen, no hundir las cotizaciones, y sobre todo asegurar la existencia de dinero suficiente para todos los japoneses que deseen a lo largo de esta semana retirar efectivo para hacer frente a los daños provocados por el terremoto y el posterior tsunami.

De momento, los planes del Ministerio de Economía y del Banco de Japón han surtido efecto en el plano doméstico, esto es una depreciación del yen respecto al euro y al dólar para hacer frente a la reconstrucción del país, que se antoja en inversión similar a la de 1.995 cuando el terremoto asólo Kobe cuando la factura ascendió a 72.000 millones de euros, una cantidad que ahora mismo quedaría bastante por debajo.

El otro frente abierto de la economía japonesa y contra el que su Gobierno ya ha anunciado que luchará con uñas y dientes es el de los ataques financieros especulativos. Y mucha atención hay que prestar a los problemas que en materia de producción y exportación están causando, y seguirán, los cortes de energía en en distintos sectores como el automovilístico. Por ejemplo, sólo Mazda ha abierto al inicio de la semana y en cuanto a la electrónica muchas plantas, como la de Sony, han decidido cerrar ante la incertidumbre que supone la falta de energía para el abastecimiento de la población.

Si bien es pronto para determinar la cuantía exacta en bienes asegurados, las compañías se enfrentan a cifras astronómicas que rondarán entre los 10.000 millones y los 25.000 millones de euros.

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