Álvaro Uribe, nuevamente en el punto de mira

Rioja2

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El mes de febrero está siendo agitado para el ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe. La última noticia que le pone de nuevo en el punto de mira de la actualidad es la condena a su primo, Mario Uribe Escobar, quien fuera además presidente del Congreso colombiano. Así, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de Colombia ha condenado a siete años y seis meses de cárcel a Uribe Escobar por su relación con grupos paramilitares.

El primo del ex mandatario ha sido acusado de concierto para delinquir agravado al comprobarse que se reunió con el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso, quien le ayudó en su candidatura a las elecciones legislativas de 2002. Además, el alto tribunal le ha impuesto una multa de 3.400 millones de pesos (1,3 millones de euros), según han informado este lunes medios locales.

Mancuso, ex comandante del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), testificó desde Estados Unidos que se había reunido con Uribe Escobar a instancias de la ex congresista, Eleonora Pineda, para hablar sobre los apoyos políticos que el ex cabecilla paramilitar iba a ofrecerle en la campaña electoral de 2002.

Uribe Escobar se reunió con Mancuso y otros cabecillas de las AUC antes de las elecciones de ese año para concretar la firma del Pacto de Ralito que, de manera ilegal, suscribieron en 2001 paramilitares y políticos y que tenía por propósito “refundar la patria”.

En este sentido, el alto tribunal también tuvo en cuenta el testimonio del ex paramilitar Jairo Castillo Peralta, alias Pitirri, que declaró que otros miembros del Congreso (incluido Uribe Escobar) habían recibido ayuda de los paramilitares que presionaron a algunos electores para que ofrecieran su apoyo a determinados candidatos.

El pasado mes de enero, Uribe Escobar pidió perdón a Colombia por haberse reunido con los paramilitares en una comparecencia ante los magistrados del Supremo.

Pero este no es el único escándalo que afecta al ex mandatario Álvaro Uribe. Más directamente ha sido relacionado con los movimientos paramilitares que operan en Colombia. Hace unos días, el sacerdote Francisco José de Roux, uno de los testigos en los juicios por la llamada parapolítica, ha asegurado que Mancuso en alguna oportunidad le manifestó que estos subversivos apoyaron la candidatura en 2002 del ahora ex presidente Uribe.

“En la primera elección de Uribe, Mancuso me preguntó cuál candidato apoyaba y yo le dije que a ninguno en especial. Él me dijo: usted se equivoca, nosotros estamos invitando a todo el mundo para que vote por el doctor Uribe, usted debe hacerlo”, ha explicado el sacerdote.

De Roux, director del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, es uno de los testigos en el juicio contra los ex congresistas Luis Alberto Gil y Alfonso Riaño, acusados de haber mantenido vínculos con paramilitares de las AUC.

El sacerdote, sin embargo, ha dejado claro que nunca tuvo conocimiento de alianza alguna entre el ex mandatario y las AUC, así como tampoco le consta la existencia de dichas alianzas entre paramilitares y otros políticos en la subregión del Magdalena Medio.

Por otro lado, Uribe ha recibido importantes críticas del Partido Liberal de Colombia, quien ha acusado al ex presidente de avivar el fenómeno de las bandas criminales mediante el proceso de desmovilizaciones amparado por la Ley de Justicia y Paz, al considerar que sirvió para que los paramilitares creasen nuevos grupos delictivos al margen de las consignas políticas.

El líder de esta formación, Rafael Pardo, ha indicado que la situación actual de violencia que se vive en algunos departamentos del país a causa de estas bandas es una herencia de la administración de Uribe, que a través de dicha normativa permitió que los paramilitares avanzasen hacia otras formas de delincuencia. “Este es un problema que viene ocurriendo desde el gobierno pasado. Entonces se llamaban paramilitares y ahora se llaman bandas criminales. [...] La Ley de Justicia y Paz no era una herramienta adecuada para acabar con los paramilitares sino para reciclarlos”, dijo Pardo, quien consideró que se ocultó la dimensión del problema.

En este sentido, el político opositor advirtió de que el inicio de una nueva negociación con estos grupos, a la que se han ofrecido, podría derivar en un proceso similar al desarrollado en Santa Fe de Ralito entre 2003 y 2006, cuando miles de paramilitares de las AUC se desmovilizaron, pero se integraron en dichas bandas.

“Se han oído voces que dicen que hay que buscar mecanismos de sometimiento y que quieren entregarse y ese cuento ya lo hemos escuchado varias veces”, apuntó Pardo, al tiempo que instó al gobierno a fortalecer la lucha contra los criminales y expresó su “apoyo” a la estrategia diseñada por el presidente, Juan Manuel Santos, según recoge el diario El Espectador.

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