La nueva Batasuna rechaza la violencia incluida la de ETA

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El representante de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria ha asegurado que el nuevo partido que se registrará próximamente ante el Ministerio del Interior incluirá en sus estatutos el “rechazo y oposición” al uso de “la violencia, o a la amenaza de su utilización, para el logro de objetivos políticos”, incluida “la violencia de ETA si la hubiera, en cualquiera de sus manifestaciones”. Además, ha garantizado que su apuesta por las vías “exclusivamnente políticas y democráticas” no constituye “un regate en corto a la normativa legal” sino “un paso determinante y de no retorno”.

Durante la presentación de los estatutos del nuevo partido de la izquierda abertzale, Etxeberria ha “desbrozado los sustentos y compromisos” que “definen el nuevo proyecto político y organizativo” que próximamente se presentará en Madrid, de forma oficial.

Según ha explicado, la izquierda abertzale ha pretendido, con la puesta en escena en el palacio de Euskalduna, además de “evitar interpretaciones distorsionadas, concitar el apoyo a una legalización necesaria, fundamental para avanzar de forma irreversible hacia una paz y normalización política progresiva, como antesala indispensable de cualquier diálogo y negociación entre todas las fuerzas políticas” vascas.

“La izquierda abertzale va a plantear la legalización de un nuevo proyecto político y organizativo asumiendo en todos sus contenidos los requisitos que se establecen en la Ley de Partidos”, ha puntualizado.

Por ello, en sus Estatutos que registrará el miércoles, “rechaza y se opone al uso de la violencia, o a la amenaza de su utilización, para el logro de objetivos políticos”. “Y eso incluye la violencia de ETA, si la hubiera, en cualquiera de sus manifestaciones”, ha indicado.

Etxebarria ha llamado la atención sobre el hecho de que “de forma explícita”, el nuevo modelo político de la izquierda abertzale “ni justifica ni ampara el uso de la violencia, cualquiera que sea el origen o naturaleza de la misma”.

En consecuencia --agrega-- rechaza el uso de cualquier tipo de violencia, coacción o connivencia política u organizativa con organizaciones que la utilicen para obtener fines u objetivos políticos”.

Este “rechazo explícito de la violencia”, que se suma a la “no connivencia de ninguna naturaleza con la mismas” son, según ha dicho, “consecuencias directas de su apuesta por las vías exclusivamente políticas y democráticas”. “Y así quedará reflejado en los estatutos de la nueva formación”, ha apuntado.

También se remarcará “la total autonomía y soberanía” del nuevo partido “defendiendo el funcionamiento democrático de sus estructuras y rechazando cualquier tipo de subordinación y/o dependencias”.

“NO HAY ESCAPISMOS LITERARIOS

Además, ha garantizado que “en esa apuesta y compromiso no hay escapismos literarios, sino un paso determinante, coherente y de no retorno, con la trayectoria abierta con las resoluciones recogidas en el documento 'Zutik Euskal Herria'”.

Etxebarria ha asegurado que su pretensión es decir “con claridad” que la demanda de legalización de la izquierda abertzale está ligada a “un punto de inflexión político, al firme compromiso de alcanzar un escenario de paz y soluciones democráticas”.

En este punto, ha apuntado que la izquierda abertzale cumplirá la Ley, pese a que la denuncian porque está “instrumentalizada” por “intereses netamente políticos”.

“REFLEXION AUTONOMA Y SOBERANA” DE LA IZQUIERDA ABERTZALE

Según sus palabras, la decisión de “cumplimentar los requisitos legales” es el “resultante” de un reflexión “autónoma y soberana”, de la izquierda abertzale. “No estamos ante un regate en corto a la normativa legal, sino ante un paso coherente con nuestras convicciones y compromisos por construir un escenario de paz”, ha garantizado.

Este “paso”, según el representante de la antigua Batasuna, pretende “sin condicionamientos de ninguna naturaleza”, depositar los “cambios políticos y sociales” en la “voluntad democrática de la ciudadanía”, actitud que también ha exigido al Gobierno de España.

Etxeberria ha aludido a la reflexión llevada a cabo en los últimos años en el seno de la izquierda abertzale, que les ha llevado a analizar “muchas cosas”, entre ellas, “la necesidad de un escenario de no violencia y democracia”.

“Una reflexión con muchos activos y pasivos, retrospectiva, que todos los agentes políticos deberían realizar en profundidad para ofrecer soluciones pacíficas y democráticas a una sociedad atravesada por la violencia y múltiples vulneraciones de derechos individuales y colectivos”, ha señalado.

Esa “reflexión” ha marcado, según sus palabras, “un antes y un después” en la trayectoria de la izquierda abertzale. Como consecuencia, ha extraído tres grandes conclusiones, y, como “eje determinante” ha situado la primera, la de la “apuesta por proceso democrático que cierre un ciclo de confrontación violenta, adoptando una posición clara y firme por la vías exclusivamente políticas y democráticas”.

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