“El Día de la Partida” congrega a miles de egipcios

Europa Press

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Cientos de miles de personas han tomado nuevamente las calles del centro de El Cairo con motivo de la celebración del llamado 'Día de la Partida', convocada por los movimientos de la oposición para exigir la inmediata dimisión del presidente Hosni Mubarak. Hasta el momento, en medio de un fuerte cordón defensivo del Ejército, se han registrado pocos incidentes con los partidarios del mandatario. La presencia masiva de manifestantes fue notoria desde primerísimas horas del día, a pesar del toque de queda y de las agresiones cometidas entre el miércoles y la noche del jueves por los partidarios de Mubarak, que causaron al menos trece muertos.

Para poder acceder a la plaza, los manifestantes tuvieron que pasar numerosos controles militares y esperar varias horas de colas alrededor del perímetro defensivo instalado por el Ejército. Por el paso del puente de Qasr el Nil, el ritmo de acceso a la zona por los puestos de control militar fue de tres manifestantes por segundo. Aparte, las cadenas humanas creadas por los manifestantes efectuaron sus propios registros para evitar la entrada de provocadores próximos a Mubarak.

Mientras se esperaba el comienzo de la manifestación, el ministro egipcio de Defensa, Mohamed Tantawi, se personó en la plaza junto a otros altos responsables militares y fue recibido por los manifestantes al grito de “Ejército y pueblo están unidos”. Se trataba del primer alto responsable que visitaba el lugar desde que comenzaron las movilizaciones, el pasado 25 de enero.

CRISTIANOS Y MUSULMANES

Las protestas propiamente dichas del 'Día de la Partida' comenzaron con un rezo masivo y simultáneo de centenares de miles de cristianos y musulmanes en la plaza de Tahrir. Durante el sermón islámico de la oración del viernes, los predicadores (los imanes) insistieron en que la revolución egipcia “no es religiosa” y “pertenece por igual a musulmanes y cristianos, hombres y mujeres”.

Cuando concluyó la oración, los fieles empezaron a entonar lemas claramente alusivos al propósito de la marcha, como “Vete, vete, vete”, “Game over” (en inglés) y “Hoy es el último día”, y la plaza empezó a llenarse de miles de personas que cantaban el himno nacional, rezaban y enarbolaban banderas del país.

Entretanto, según el diario 'Ahram', los manifestantes colgaron una pancarta gigante en uno de los edificios más altos de la plaza en la que enumeraban claramente sus demandas.

Entre estas demandas figuraban, además de la consabida dimisión de Mubarak, la disolución del Parlamento --que, a su juicio, es el resultado de unas elecciones fraudulentas--, la convocatoria de nuevas elecciones parlamentarias --cuyo resultado sea la formación de una nueva asamblea que enmiende la Constitución y prepare elecciones presidenciales-- y la persecución y juicio de los “asesinos” de los manifestantes y de los implicados en casos de corrupción.

Las cifras de asistentes en Tahrir oscilan, dependiendo de los medios, y van desde los casi dos millones de que ha dado cuenta Al Yazira hasta los alrededor de 100.000 de que ha informado Reuters en la plaza. Aparte, se han registrado otras manifestaciones en el resto del país, con la participación de cientos de miles de personas, en ciudades como Alejandría (la segunda del país), Suez, Ismailia, Port Said, Mansura, Damanhur, Qalyubiya, Al Arish o Aswan.

De momento se han producido pocos incidentes, en todo caso mucho menos graves que los del miércoles. Varias personas resultaron heridas en las proximidades de la plaza Tahrir después de que varios partidarios de Hosni Mubarak lanzaran piedras contra los manifestantes, según informó la cadena Al Arabiya.

Hasta ese momento, los partidarios del presidente no habían sido vistos en las proximidades de la plaza. Según Al Yazira, se ha constatado la presencia de cerca de 300 partidarios de Mubarak en el puente 6 de Octubre, que cruza el Nilo y lleva a la plaza Tahrir, y un tanque del Ejército se ha trasladado al lugar para evitar su avance.

ELBARADEI Y MUSA

Entre las personalidades reunidas en Tahrir se encontraba, un día más, el destacado dirigente opositor Mohamed ElBaradei, quien declaró a la cadena Al Yazira que Hosni Mubarak ha “perdido su legitimidad” y pidió al presidente egipcio que escuchase “la voz del pueblo” y se fuese del poder “con dignidad”.

Asimismo, propuso que, tras el derrocamiento del mandatario, se constituya un gobierno de coalición con la misión de convocar “elecciones libres” y negó que el país vaya a convertirse en una “teocracia” en manos de los Hermanos Musulmanes.

Una novedad importante ha sido la presencia del secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa, quien recibió una cálida bienvenida de los manifestantes.

En declaraciones a la emisora francesa Europe 1, el ex ministro de Asuntos Exteriores anunció que estaba “a disposición del país” y que no descartaba la posibilidad de formar parte de un eventual gobierno interino en el que no se ignore a ninguna fuerza política, “incluidos los Hermanos Musulmanes”. Aparte, se mostró convencido de que Mubarak no dimitirá antes de las elecciones presidenciales de septiembre.

“DESPUÉS DE MÍ, EL CAOS”

A principios de esta semana, y en respuesta a las movilizaciones populares, Mubarak anunció que no se presentaría a las elecciones presidenciales del próximo mes de septiembre. En todo caso, el 'rais' ha vuelto a dejar claro que no está entre sus objetivos abandonar el poder.

En declaraciones al canal de televisión norteamericano ABC, Mubarak aseguró anoche que estaba “harto” de gobernar el país, pero advirtió de que permanecerá en la Presidencia para que Egipto no caiga en el “caos”. “No me importa lo que el pueblo diga sobre mí, en estos momentos lo que me preocupa es mi país”, aseveró.

En todo caso, el diario 'The New York Times', informó el jueves por la noche --citando fuentes diplomáticas norteamericanas y árabes-- de que el Gobierno de Estados Unidos estaba discutiendo con representantes egipcios la posible marcha inmediata de Mubarak y la instauración de un gobierno provisional presidido por el actual vicepresidente y antiguo responsable de los servicios de Inteligencia, Omar Suleiman, quien contaría con el apoyo del poderoso Ejército egipcio.

No obstante, un alto responsable político del país advirtió al rotativo norteamericano de que la Constitución no permite esta salida y que es al presidente del Parlamento a quien corresponde la jefatura del Estado en caso de abandono del poder por parte del presidente.

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