El CCR, un centro dinámico que se escapa de ser un museo convencional

El Centro de la Cultura del Rioja es una extraordinaria oportunidad para la ciudad; será un referente internacional en materia vitivinícola; un elemento turístico diferenciador y representará el impulso definitivo en la recuperación del Casco Antiguo. Las obras comenzaron hace un año y está previsto terminen en mayo, mes en el que se conocerá el proyecto museográfico.

El concejal de Promoción de la Ciudad y Casco Antiguo, Ángel Varea, resaltaba esta mañana junto al arquitecto, Jesús Marino Pascual, y la responsable del contenido, Teresa Marot, que el CCR es una de las obras más emblemáticas de la ciudad. Un gran proyecto, ha recordado, que el PP quería proyectar como un hotel con spa en La Grajera, sin pensar en la ciudad.

El arquitecto de este proyecto que combina la recuperación patrimonial del Palacio de los Yangüas con el elemento contemporáneo que representa el gran botellero en la fachada principal que ya se percibe, según ha destacado Marino, está -en términos generales- completando. En la actualidad, las tareas se centran en terminar con la construcción de las fachadas y la restauración del interior, Palacio de los Yangüas y el balcón renacentista.

Otro elemento diferenciador es el sótano, que según ha destacado Marino, es una suma de calados que configuran una bodega típica riojana con dos calados históricos, Casa de la Virgen y Ruavieja. Pero más allá de la arquitectura emblemática, el CCR es una gran oportunidad para difundir la historia. La responsable de configurar el proyecto museográfico ha destacado que la propia arquitectura del centro va a definir las actividades que se proyecten desde su interior.

Marot ha reiterado que no es un museo, no se plantea como tal, sino como un centro cultural, temático vinculado a diversas funciones culturales, enológicas y sociales. Con el mundo del vino y, en especial, del 'Rioja', como hilo conductor, se pretende configurar espacios de exposición, divulgativos, zonas de cata, bodegas, zona de cursos y conferencias, de investigación, biblioteca, etnológicos, centro de negocios, un espacio lúdico y de información turística.

Todo tendrá cabida en el CCR, un centro que nace como centro de servicios con funciones vinculadas al enoturismo, ha destacado su responsable el vino bar, la tienda que promocionará productos de todo tipo o el espacio expográfico que mediante la tecnología puntera proyectará imágenes para vislumbrará al visitante y atrapar al autóctonos con la historia.

Además, ha destacado, será importante su función como elemento diferenciador de Logroño desde el punto de vista turístico. Un atractivo por sí sólo, pero capaz de poner en valor a través de su efecto imán todos y cada uno de los elementos de los que pueden presumir La Rioja y Logroño.