Cae el gobierno de Hariri

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La inestabilidad se incrementa en las últimas horas en Líbano, tras la dimisión de once ministros, algo que deriva irremediablemente en la caída del gobierno del primer ministro Saad Hariri.

Según ha informado la Agencia de Noticias Nacional, los ministros que han abandonado sus cargos han pedido al presidente del país, Michel Suleiman, que forme un nuevo Ejecutivo.

Al término de una reunión de la Alianza 8 de Marzo (formada por varios partidos políticos prosirios, el principal de los cuales es el movimiento chií Hezbollah), el ministro de Agua y Energía, Gibran Bassil, ha informado de que los diez ministros pertenecientes a esta coalición abandonan el gobierno.

“Los ministros presentan su dimisión esperando que el presidente tome rápidamente las medidas necesarias para formar un nuevo Ejecutivo”, dice el comunicado emitido por Bassil.

Poco después, ha hecho lo mismo el ministro sin cartera Adnan Sayyed Husein, elevando a once el número de ministros dimisionarios, el mínimo que garantizaba el colapso del Ejecutivo.

Husein dice en su comunicado que “las disputas políticas se han convertido en una amenaza para el gobierno de unidad nacional”, que se había propuesto promover “el crecimiento y el desarrollo” pero al final “no ha respondido a las prioridades de los ciudadanos”.

“En mi capacidad como ministro de consenso y en armonía con la política de consenso del presidente libanés [...], declaro mi dimisión” para “permitir la formación de un nuevo gobierno capaz de cumplir las aspiraciones de unidad nacional y estabilidad que tiene la gente”, añade.

Según fuentes ministeriales citadas este miércoles por la cadena de televisión libanesa LBC, el primer ministro ha rechazado la petición que habían hecho Hezbollah y sus aliados de mantener una reunión gubernamental urgente para hablar sobre la posibilidad de que el Gobierno deje de cooperar con el Tribunal Especial para Líbano.

Este tribunal respaldado por la ONU lleva el caso del asesinato en 2005 del ex primer ministro Rafik Hariri, padre del actual jefe del Ejecutivo. Los ministros de la Alianza 8 de Marzo habían amenazado con dimitir si no se celebraba esa reunión, que solicitaron a raíz del fracaso, anunciado este martes, de los esfuerzos realizados por Arabia Saudí y Siria para resolver la crisis política de Líbano.

Los desacuerdos sobre la investigación han paralizado el gobierno de unidad

y han reavivado el temor a un nuevo conflicto. Está previsto que el fiscal presente este mes de enero un borrador del escrito de acusación, y el líder de Hezbolah, Hassan Nasralá, ha dicho que espera que varios miembros de este grupo sean acusados del asesinato.

Reacciones

Ante esta escalada de tensión que hacen temer un conflicto armado en el país, diversos actores internacionales se han pronunciado al respecto. Así, la Liga Árabe a través de su secretario general, Amr Musa, ha declarado que un gobierno de unidad es la única solución para salvar a Líbano de una espiral de violencia que derive en la guerra civil.

Así Musa urge a los dirigentes libaneses a dejar la puerta del diálogo abierta por el bien del “interés supremo” nacional. “Solo un acuerdo nacional puede salvar a Líbano del riesgo de la guerra civil”, subrayó en declaraciones a la televisión israelí.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha coincidido con el primer ministro libanés al señalar la necesidad de evitar “amenazas o acciones” que alimenten la “inestabilidad” en Líbano.

Durante un encuentro celebrado en Washington, Obama felicitó a Hariri por sus esfuerzos para lograr la “paz” y el “consenso” en su país en “circunstancias difíciles”, según informa la Casa Blanca en un comunicado.

La nota añade que el deseo de Hezbollah por tumbar el gobierno demuestra “su propio miedo” y su interés por “bloquear” la capacidad del gobierno para que siga avanzando “en las aspiraciones del pueblo libanés”.

Ambos líderes reiteraron su compromiso con la “soberanía e independencia” de Líbano, así como con la implantación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Obama y Hariri reclamaron, además, “estabilidad y justicia” durante este periodo de “volatilidad”.

Mientras este encuentro se producía, la número dos de Obama, su secretaria de Estado, Hillary Clinton iniciaba una ronda de contactos con otros países en busca de un “consenso internacional” para apoyar a Líbano y al tribunal de Naciones Unidas que investiga el asesinato del ex primer ministro, según una fuente de la administración estadounidense.

“Ya ha estado hablando con los egipcios, saudíes, franceses y otros”, afirmó la fuente en declaraciones a la prensa coincidiendo con el aterrizaje del avión de Clinton en Doha.

Otro tercer país que se ha pronunciado al respecto de la crisis de gobierno libanesa ha sido el vecino Israel. El gobierno israelí ha manifestado a través de su ministro de Defensa, Ehud Barak, que sigue “de cerca” la evolución de los acontecimientos políticos en Líbano.

En una reunión de autoridades a puerta cerrada, Barak analizó lo ocurrido en el país vecino y reconoció la preocupación de su gobierno, informa el diario local Yedioth Ahronoth.

Israel y el movimiento libanés Hezbollah se enfrentaron en una guerra durante el verano de 2006. Ambas partes mantienen las acusaciones cruzadas por las supuestas violaciones que la otra parte comete en relación al acuerdo de alto el fuego, por cuyo cumplimiento vela la fuerza de Naciones Unidas en Líbano(FINUL).

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