La Administración Obama contra Wikileaks

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Como no podía ser de otra manera el gobierno de Estados Unidos ha mostrado su descontento ante la filtración difundida el pasado domingo por la Web Wikileaks de 251.000 documentos secretos que dejaban en entredicho a la diplomacia estadounidense. La Administración Obama no ha tardado en condenar esta filtración sin precedentes y en asegurar que buscarán a los responsables.

Una de las primeras en pronunciarse ha sido la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien condenó “rotundamente” las últimas filtraciones de Wikileaks y, sin entrar a confirmar la veracidad de estos documentos, adelantó que la Administración dará “pasos firmes” contra los responsables de esta difusión.

Clinton, que ha conversado en los últimos días con otros gobiernos para aclarar esta polémica, advirtió de que los documentos difundidos “ponen en peligro” no sólo a Estados Unidos, sino también a todo el mundo. En este sentido, recordó que se trata de “información confidencial”.

Para la jefa de la diplomacia de Estados Unidos, los documentos de Wikileaks “arriesgan vidas y amenazan la seguridad”, al tiempo que “perjudican” los esfuerzos de Washington “para trabajar con otros países”.

“Seamos claros. Esta filtración no es sólo un ataque a Estados Unidos, es un ataque a la comunidad internacional”

, declaró Clinton.

Según Clinton, durante los años de gobierno de Obama la diplomacia ha trabajado “muy duro” para luchar contra todos los retos y lamentó “profundamente” la filtración de una información “que tiene que ser confidencial”. Dentro de estos documentos secretos figuran, a su juicio, “los debates privados o las observaciones personales”.

“No hay nada loable en poner en riesgo a personas inocentes ni nada valiente en sabotear las relaciones pacíficas entre naciones”

, dijo la secretaria de Estado, quien considera que en este caso los medios de comunicación no puede argumentar el interés público para difundir los documentos.

Clinton recordó que el mantenimiento de conversaciones “sinceras y privadas” no es “único de la diplomacia”, sino que también en otras profesiones los trabajadores “confían” en este tipo de comunicaciones para realizar sus trabajos.

Por otro lado, la Administración Obama ha mostrado su interés en encontrar a los responsables de dicha filtración. Así, el portavoz de la Presidencia estadounidense, Robert Gibbs, aseguró que está abierta una investigación criminal por el robo y la difusión de “información sensible y clasificada”. En este sentido, no quiso “descartar” que se emprendan acciones legales directamente contra Wikileaks.

Para el portavoz, tanto Wikileaks como las personas que les hacen llegar la información son “criminales”. “Es una grave violación de la ley, una amenaza para quienes desarrollan y ayudan en nuestra política exterior”, añadió.

Por otra parte, Gibbs señaló que Obama está igualmente molesto con los cables relativos a la diplomacia, pero adelantó que no habrá cambios significativos en la política exterior de Washington, más allá de una revisión acerca del origen de la fuga de información.

Reacciones en Naciones Unidas

La información filtrada por Wikileaks también apuntaba a que Estados Unidos había ordenado espiar a la cúpula de Naciones Unidas, ante ello, la embajadora estadounidense en la organización internacional, Susan Rice, no ha tardado en reaccionar.

“Nuestros diplomáticos son sólo eso, diplomáticos”, afirmó Rice, en declaraciones a la prensa. “Nuestros diplomáticos están haciendo lo que los diplomáticos hacen en todo el mundo cada día, que es construir relaciones, negociar, avanzar nuestros intereses y trabajar para encontrar soluciones comunes a problemas complejos”, aseguró.

Sin embargo, la representante no quiso comentar sobre la veracidad de los supuestos documentos clasificados que divulgó Wikileaks. “En el complejo mundo en que vivimos, el trabajo que hacen los diplomáticos estadounidenses aquí en la ONU y en el mundo es indispensable para nuestra seguridad nacional y avanza sustancialmente nuestros intereses compartidos en la paz y seguridad”, concluyó Rice.

Por otro lado, la ONU también ha respondido ante tal escándalo internacional. En una nota de prensa, Naciones Unidas subrayó que no está en posición de comentar sobre la autenticidad de esos documentos, pero confió en que todos los países respeten la inmunidad y privilegios que consagra su Carta.

Además, la ONU destacó sus esfuerzos para poner a disposición del público y los Estados miembros toda la información posible sobre sus actividades, a modo de reafirmar su transparencia.

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